Cierre anual, caos micro, caos macro, beber de más, comer otro tanto, ver en 10 días a más gente que en el resto del año, dormir escaso, cierres laborales, balances deseados e involutarios. A esto le agregamos un Mundial de fútbol en una fecha improbable y ¡Bam! Volamos por el aire antes del 24.
Madre mía, esta temporada escorpiana casi me ve partir. ¡Cuánta intensidad! ¿La sintieron? Cuestión que, ya saliendo del barro de la mirada interna y empezando a disfrutar de las bondades de la temporada sagitariana: ¿podemos afirmar que, efectivamente la cosa se va alivianando?
Simplificar la vida es lo más difícil del mundo. ¡Es tan fácil hacerla complicada!
¿Cómo se sienten? ¿Cómo van cerrando el mes y el año? ¿Ya hicieron una revisión de metas del año? Me pregunto si hace falta. Algunos años pienso que sí, otros que no. Es complejo esto de los cierres de año, porque aunque no seamos de esas que se sientan a evaluar, cuantificar, ni comparar, fin de año en este hemisferio significa, cierre de ciclos a nivel integral: laboral, comercia y académico. Un sinnúmero de finalizaciones, despedidas, pim pam pum, navidad, año nuevo y un día te despertás y es 10 de Enero del año siguiente y ya estás volviendo a ver a todos esos de los que te despediste el 16 de Diciembre.
¡Ah! Y a todo esto le sumamos un mundial en un mes improbable, donde todos sienten ya cerrar el año desde la ceremonia de apertura. Hablemos de aceleramiento espacio-temporal.
Stress:
Si existe el lovebombing, ¿no podrá existir el stressbombing? Según los preceptos de la medicina Ayurveda, que ocupa mucho más conocimiento que el orientado a una cocina acorde y un buen uso de medicina natural, la causa número uno de enfermedades crónicas es el stress. Y sabemos bien que estas fechas suman leños al fuego de la aceleración y la locura, ¿verdad?
Marc Halpern, fundador del California College of Ayurveda, insiste mucho en el punto anterior. Destaca una disciplina relativamente nueva, la psiconeuroinmunología, que estudia la vinculación entre mente, sistema nervioso y sistema inmune. Banquen que no me pongo más técnica que esto. Básicamente, estudia cómo nuestros pensamientos afectan a nuestro cuerpo. Algo de lo que publicamos la semana pasada habla de esto, pero hoy me voy por otro carril.
“Mientras más rápido se mueve la mente, más veloz es el envejecimiento del cuerpo.”
marc halpern
Porque cuando estamos estresadas, nuestra mente tiende a la negatividad (hello, fin de año!), afectando nuestra fisiología, invitando a las enfermedades a asentarse en el cuerpo y también en nuestra mente. La medicina Ayurveda al trabajar específicamente sobre cada individuo, se preguntaría o te preguntaría:
¿Qué te genera stress a vos? ¿Podés detectarlo?
¿Qué hay que hacer para poder evitar esas situaciones o disparadores?
¿Qué compromiso tenés para trabajar sobre estos factores?
No vaya a ser happimessies, que recién pongamos mirada en nuestros hábitos cuando llegan la enfermedad o el colapso interno, ¿no?
Stresslaxing:
Entendemos que a veces se puede, a veces no, a veces nos cuesta mucho salir de nuestros patrones y meternos presión simplemente nos lleva al colapso. les cuento Y si hablamos de positivismo tóxico en todo este tema de ocuparnos de nuestro bienestar, ahora hay un término específico: el stresslaxing.
En esta columna de Martina Rua, publicada el último fin de semana en La Nación, describe al stresslaxing como “esa búsqueda de relax y bienestar que genera aún más ansiedad”. Ouch! Been there. Es interesante el abordaje de la nota porque sugiere que no tiene sentido llenarse de actividades “relajantes”, si nuestra vida está pasada de horas laborales. Sería agregarle una carga horaria más a la agenda. ¿No sería más sensato en cambio, tramitar en las cuestiones laborales un carga horaria más saludable?
También nos hace mirar hacia adentro y preguntarnos: ¿cuáles son las actividades que me relajan y desconectan? A veces no se trata de meditar o hacer una inmersión profunda de prácticas orientales. Conversar con amigos, pasar tiempo en familia, pasear a la mascota amada, serían alternativas para lograrlo.
Algunas ideas puntuales:
–Reducir las salidas/despedidas/encuentros de fin de año. Hacer una lista de los encuentros que por situaciones laborales o formales no podemos evitar y dar de baja el resto, sin culpa ni remordimiento. Este loop se repite año tras año, hay que aprender a regularlo. La despedida del grupo de bricolage por zoom para “vernos las caras” honestamente puede pasar. Aprendan a decir no.
-Si no podemos evitar ciertas reuniones o despedidas, proponer encuentros menos “intoxicantes”. Que sean en lo posible en espacios abiertos, de día, de duración corta, con la menor cantidad de gente posible, gestionar opciones de bebidas no alcohólicas (limonadas, kombuchas, jugos) y alimentos acordes. Una merienda en terraza o parque, con juguitos y awita, frutas cortadas y hummus y guacamole, es ultra válida y posible.
-Tomarnos 10/15 minutos al día para meditar, apagar tecnología y caminar descalzas por la naturaleza, aunque eso implique apagar el celu y descalzarnos en la plaza en frente a la oficina. Si son de madrugar como yo, es una maravilla aprovechar ese rato, donde la mayor parte de la ciudad duerme, pero ya es de día y la mente está despejada de estímulos.
-Aprovechar para tomarnos vacaciones en Diciembre. Es hermoso, no hay turismo, los precios acompañan y cuando todo está por estallar, nos encontramos con cóctel en mano frente al mar, escalando algún cerro, en un museo de cultura extranjera o conduciendo por rutas panorámicas.
–Priorizar el sueño: quizás sea complicado no acostarse tarde cuando hay un encuentro. Pero, los días en los que no los hay, trabajar el músculo que ejercita el dedo que apaga la luz y pone en sleep a todos los dispositivos móviles relativamente temprano. Esos días armar rituales para bajar el nivel de acelere: baños de inmersión, tecito de tilo y lavanda, lectura en papel por sobre pantallas, conversaciones gratas, comidas más livianas, ni té, mate ni café al menos por toda la tarde.
A veces el gran aprendizaje es no hacer. Brindo por ustedes, con kombuchita!