Destrabar bloqueos, liberar el cuerpo para despejar la mente, hacer espacio para crear lo que sea que haya que gestar. Esta semana soltamos convenciones, prejuicios, estructuras físicas y mentales para crear con total libertad.
Por Tofu
Lo que me cuesta leer, chicas. A diferencia de muchas de ustedes, tengo mil libros que encaro poco. Es una cosa de locos, soy muy curiosa, bastante nerd, pero mis niveles de dispersión son tan grandes que me impiden darle continuidad a una misma lectura por más de un par de capítulos, por más interesante que sea su contenido o atrapante su historia. Sin embargo, una vez cada tanto logro trascender ese hábito con muy buenos resultados.
Este verano me tocó de la mano de, “Anatomía del placer”, escrito por Sofía Slobo Parisi. Se propone como un manual sobre distintos tipos de sexualidades, tantra y abordajes integrales para la salud sexual, integrando una mirada holística con evidencia científica. Mi tipo de abordaje.
“El tantra no te pide nada. Sus técnicas te permiten estar en el momento, con lo que esté pasando o lo que estés sintiendo.”
sofia slobo parisi
Hacía tiempo que venía curiosa con el tema del tantra y este libro me ayudó a desaznarme (no sé si existe esta palabra pero mi madre es profesora de literatura y la usa mucho) del tema. La cosmovisión tántrica, como la describe la autora, “es una ciencia que propone métodos para sentir en la experiencia“. Todo lo que pasa en el tantra pasa desde y en el cuerpo. No se trata de “lo que debería sentir” si no de lo que verdaderamente siento, corriendonos de cualquier tipo de construcción intelectual o condicionamiento social.
La experiencia tántrica es integral e integradora, es sentir en estado puro. En la diaria, atravesando todo lo que hacemos, poniendo el cuerpo y los sentidos en el presente. El tantra propone esta idea de red, de lo contínuo, del entramado, donde hay una comunión íntima con el entorno y con quienes nos rodean.
El tantra nos invita a vivir la experiencia completa, en plenitud, dejando atrás convenciones sociales, estructuras culturales, formas de ser preconcebidas. Es en este punto donde pienso que la capacidad de hacer y vivir arte se habilita, porque no hay una verdadera posibilidad de crear desde la limitación del deber-ser, de la idea de la normalidad, del límite. Algo de esto se publicó en el posteo anterior.
Otro descubrimiento que me voló el coco y que hace a la esencia de este posteo: la idea de que tantra refiere al acto sexual o a la sexualidad en su totalidad, es errónea. Esta corriente propone entregarnos a la experiencia presente en la situación que fuere: puede ser una conversación profunda y muy honesta con una buena amiga, una caminata por el bosque, contener a un niño pequeño con el cuerpo (sea propio o ajeno) y hasta degustar un simple plato de fideos con tuco hecho en casa.
“En la plenitud surge la creatividad.”
Slobo Parisi sostiene que la educación occidental nos adoctrinó para desprendernos de nuestra conección primal con nosotros mismos y que nos ha desconectado de nuestra sensibilidad corporal. Sobrevaloramos el intelecto, optamos por el pensamiento lógico y reprimimos nuestra reacción real ante cualquier experiencia. La diaria se vuelve algo que deberíamos vivir de determinada manera y no desde la experiencia personal. ¿Qué espacio queda entonces para las emociones reales?
En la experiencia del tantra primal, como lo llama Slobo Parisi, donde integramos este concepto en su totalidad a nuestra forma de vivir, no hay espacio para los complejos, la celulitis, el sindrome del impostor, los modelos hegemónicos, el virtuosismo, el “llegar al verano”, el tener que ser la mejor para poder algo.
“Donde haya cuerpo, materia, textura, entrega y presente absoluto, hay tantra.”
Esto de abordar la vida no desde la rigidez, si no desde el juego, el experimento, el encuentro, me resulta tan expansivo y libre, que mi arco y flecha sagitarianos se emocionan. En teoría suena todo muy bonito, mas pero: ¿cómo llevamos este concepto al resto de las áreas de nuestra vida?
¿Cómo uso el tantra para todas las áreas de la vida?
1. Cultivando la presencia.
Como dice la autora, la presencia es la práctica de la no evasión e incluye la observación del cuerpo, las emociones y la mente, habilitando la experiencia profunda.
Practicar presencia en todas las áreas de la vida, en todos los momentos de la vida. Todo lo opuesto a lo que nos propone el mundo moderno, lleno de distracciones, normas, convenciones, entretenimiento y estímulo.
Yendo a la diaria, el Ayurveda, por ejemplo, nos propone sentarnos a comer sin ningún tipo de distracción, ni pantalla, ni libro, hasta con poca conversación. Que el momento esté al servicio del acto de sentarnos a incorporar y disfrutar del alimento. ¿Cuántas veces logramos hacer esto? Pocas o ninguna, no recuerdo una comida donde simplemente me concentre en comer con gusto. Así con todo.
2. Liberándonos del deber-ser.
¿Y qué catzo tiene que ver todo esto con la creatividad? Bueno, todo. Porque es en la liberación, la desinhibición y es ahí donde se habilita el espacio para dejar correr a nuestra naturaleza creadora. ¿Ustedes creen que pueden crear la mejor campaña de medios encerrando a los creativos en una oficina hasta que surja una gran idea?
Puede suceder, pero el tantra nos invita al juego opuesto: soltar la forma en que nos dicen que debemos funcionar, para habilitar las propias, más genuinas y libres. Un gran tema pueden surgir zapando en un fogón, una buena idea en una caminata, la resolución de un conficto, tomando mate en la plaza.
Volviendo al cuerpo, el segundo charka, Svadhisthana, que se ubica en la zona de los genitales, es conocido como el chakra de la creatividad y la sexualidad. Nuestra capacidad de crear no se limita a un brainstorming, es un hecho integral que nos conecta con la vida, la fuerza vital, nuestra capacidad creadora. Podemos crear un libro, un niño, un proyecto, una idea novedosa.
3. Trabajar el goce.
Volviendo a la experiencia integral que propone la cosmovisón tántrica: concientizar que somos seres hechos para el disfrute, habilitarlo, hacerle espacio, entenderlo como entidad. En términos más prácticos: les propongo hacerse tiempo real en el calendario para hacer algo que les dé el disfrute más sentido, todos los días.
Aunque eso sea tomarse el tiempo para desayunar largo y pacíficamente. O hacerse el tiempo para las caricias, con la mascota, el sobrino, la pareja, el “casi algo”. O descalzarse y caminar por el césped o la tierra. Cocinar algo que les guste, porque les gusta, para quien lo sepa recibir.
¿Se les ocurren 3 experiencias de goce real personales?
Las dejo con este tema hermoso de Paloma del Cerro, que me identifica, me hace correr con lobos, largar ataduras, gente que no, prejuicios, lo que no fue, lo que no sé si será, pero por sobre todas las cosas, me empuja a vivir con presencia y entrega total hasta que no haya un mañana.
4 comentarios
Amooooo el tema de Paloma!!! Y toda esta nota. Es un ejercicio que trato de incorporar hace mucho, esto de “no callar lo que el cuerpo me informa” (y por cuerpo, hablo de la dimensión de lo sensible). Por ejemplo, angustia. Y no querer salir corriendo de una sensación de angustia porque pienso “esto esta mal, tengo que salir de acá”, sino habitarla un rato, lo suficiente para darme una chance de que me “informe”. A partir de eso quizás le encuentro un sentido con el que dialogar. Creo que comer con disfrute, tomar una copita de vinito con disfrute, el sexo sin meta y con disfrute, estar en comunión con la naturaleza aunque la naturaleza sea el viento en la copa del árbol que ves desde el balcón con disfrute son lindas maneras cotidianas de tantra.
Todo puede ser tantra porque el tantra está en la mirada que se le da a las cosas! Una charlita con amigas y copetín, uffff, my kind of tantra.
Gracias Tofu!!! Confieso que espero esta nota como disparador de lo que toca afinar en mi día a día. Y sí, presencia y ser y placer son parte. Desde la ducha tibia de verano, con los ojos cerrados, sin pensar por un rato en lo que sucedió el día anterior, o en eso que quiero hacer cuando me vista. Llegar a casa y entregarle toda mi atención a la Golden que me espera con su peluche en la boca, lista para jugar, dejando de lado que me esté llenando la remera de pelos. Y hasta respirar y solo eso, mientras espero el verde en el semáforo, cuando saco cuentas, y en especial al final del día, cuando estoy por entregarme al mundo onírico. “Keep calm an be tantra”.
Qué bueno que puedas percibir los pequeños momentos de goce diario así! Soltar el control entregándose a la experiencia de sentir.
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