Ahora que ya sabés qué porcentaje del día te la pasas mirando el teléfono (o al menos podés saberlo, ya que las apps y los sistemas operativos tomaron la iniciativa de mostrarnos el dato bajo pretexto de cuidar nuestra salud mental), ¿te preguntaste cuánto tiempo del día tu mente anda perdida scrolleando por el feed de tus pensamientos?
Según un estudio de Harvard*, un 47% del tiempo. Básicamente casi la mitad de nuestra vida. Y el problema es que la emoción que nos deja es bastante similar a ese gustito a hastío y resaca que te deja pasarte demasiado tiempo en Instagram o Twitter o tu “droga” (red social) de preferencia. Es que según Andy Puddicombe, monje, escritor y el cofundador de Headspace (la app de meditación), esa actividad errante de la mente nos provoca infelicidad. Y voy a tomar su palabra, ya que tiene el tema profundamente analizado.
“El momento presente suena tan común, tan ordinario. Y sin embargo pasamos tan poco tiempo en el momento presente que es todo menos ordinario.”
Andy Puddicombe
La cuestión es sencilla: la única manera de detener un flujo errante de pensamientos es aprender a anclarse en el momento presente y observar todo ese “tránsito mental” desde el cordón. “Ah sí, ahí va lo que me preocupa… y esa idea que no puedo resolver.” ¿Cuál es la ventaja de cambiar el punto de vista? La perspectiva nos brinda la calma de saber que no somos ese pensamiento o emoción. Mientras estamos parados en el medio del tránsito, los pensamientos y las emociones nos atropellan y podemos quedar atrapados como esa bolsa de plástico errante que se hace unos cuantos kilómetros pegada a la rueda de un auto. Stress.
La buena noticia: es muy fácil incorporar un hábito para aprender a pasar cada vez más tiempo en la vereda del ahora.
Meditar en el trabajo, una movida inteligente
Aunque parezca contradictorio, agendarte una meditación en la mitad de tu jornada puede ser más fácil que si lo posponés al final del día, cuando estás con más ganas de enrroscarte en el sillón o zambullirte en la cama para mirarte un capitulito en Netflix.
Para arrancar, elegí un horario en el que puedas disponer de 10 minutos, todos los días. Si es a la misma hora es más fácil que el hábito se instale, pero el secreto infalible es asociarlo a una señal clara. Por ejemplo: si sabés que todos los días al final de tu almuerzo disponés de 10 minutos, la señal puede ser el momento en el que con la panza llena terminás de lavar tu plato. O cuando llegás, mientras ponés a calentar el agua para el mate.
Segundo, encontrá un lugar tranqui donde nadie te interrumpa. Puede ser una sala de reuniones que a esa hora siempre está vacía, un patiecito interno, una plaza cercana. En caso de que todo falle, siempre está el baño. Aunque en tal caso en verdad espero que tengas un lindo y muy ventilado baño.
Y si de interrupciones hablamos, claro está que tenemos que deshacernos de nuestro teléfono. Pero si estás usando una app o un video o un audio como guía, quizás necesitás al pequeño tirano cerca. En tal caso, apagá todas las notificaciones. Si ya estás cancherx y meditás sin ayuda, entonces mejor dejarlo lejos.
¿Te cuesta la idea de quedarte inmóvil en un lugar por 10 minutos? No te preocupes: podés meditar caminando. Eso sí, asegurate de hacerlo en un lugar seguro en el que el tránsito “real” (no el de tus pensamientos, que es muy real también, sino el de vehículos y transeúntes) no te lleve por delante. Meditar no es perder contacto con la realidad, de hecho se trata de estar muy presente. Pero como todo lo que es nuevo, puede que te tome un poquito de práctica hacerlo sin pensar en lo que estás haciendo. Hang in there. Yo amo meditar caminando.
A continuación te dejo esta mini meditación de 3 minutos que me cambió el día, para que lo lleves a la práctica hoy mismo (ya mismo si podés), sin pensarlo demasiado (pun intended):
Beneficios de meditar en el trabajo, guía rápida para convencer a tu jefe
Si crees que es necesario explicarle a tu jefe o jefa que eso que estás haciendo es “meditar” y que es muy saludable y necesario para vos, te dejo unos puntos que podés compartirle para fundamentar tu argumento. Y quien te dice, después de exponerlos, terminen meditando juntes.
1. Menos stress. Meditar nos ayuda a regular nuestras emociones. Esta habilidad es muy valiosa en el entorno laboral, donde una reacción emocional en cadena puede desatar un Hiroshima cualquier martes por la tarde.
Lo que sucede en términos científicos (en caso que tu jefe o jefa necesite estudios que lo justifiquen) es más que interesante: la conexiones neuronales en el cortex prefrontal (la parte más antigua de nuestro cerebro que se encarga de manejar el miedo, el stress y la ansiedad) disminuyen a favor de las áreas dedicadas a la toma de decisiones y la capacidad de enfocar. Dos partes claves del cerebro aumentan de tamaño si tu práctica se vuelve regular (las que se encargan de regular emociones, la memoria, el aprendizaje y la resolución de problemas) y la amígdala se encoge.
También se estimula el sistema nervioso parasimpático: disminuyen el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y los picos de cortisol.
2. Trabajás mejor en equipo. Según un estudio de 2010, meditar reduce la agresión en un 57% y la irritabilidad en un 27%. Cuando la ofi está tensa, hay mucho work-drama y ya nadie se banca, meditar en grupo puede ser el camino a encontrar un nuevo balance. O al menos a tener una buena charla de corazón a corazón.
3. Te ayuda a enfocarte. Este otro estudio de 2016, encontró que meditar reduce un 22% el scrolleo mental. Si no te podés concentrar y tu mente salta sin parar, probá con una semana de meditación consistente. Después porfa contame cómo te fue.
4. Te ayuda a encontrar tu flow. Según este estudio de 2018, hay un efecto indirecto positivo entre la meditación y la motivación de sumergirte en lo que estás trabajando.
Listo: con toda esta data, 10 minutos de mindfulness para todo el team están más que justificados. Ahora solo te queda ponerlos en práctica.
Una meditación para brillar
Si la idea de meditar en el trabajo no te resulta atractiva pero querés probar una meditación guiada, no te preocupes, tengo algo muy especial para compartirte: Agus Nasuti, amiga, creadora de The Viaje y parte de esta bella tribu, nos comparte hoy una meditación de 23 minutos para transformarnos y brillar con nuestra luz propia. Guardala (guardate esta página) para hacerla todas las veces que necesites conectarte con vos.
Te invito a compartir en los comentarios más recursos de meditación (pueden ser links a tus meditaciones favoritas) o lo que te pasa cuando meditás (sea positivo o negativo) con la tribu. Recordá las palabras de Andy: estar en el presente no es lo más común. No te sientas mal si al principio te resulta difícil. Ponete un premio al final de cada meditación (un rico café, vale un alfajor) y dejá que la práctica encuentre en el hábito todas las respuestas.
Fuentes:
En esta charla TED, Andy Puddicombe menciona el estudio de Harvard del que te contaba al principio. Y además, hace unos malabares para demostrar su control mental que te van a dejar con la boca abierta.
Este artículo del Harvard Gazette.
Y todos estos estudios:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5329004/
https://www.researchgate.net/publication/38031479_Could_Mindfulness_Decrease_Anger_Hostility_and_Aggression_by_Decreasing_Rumination
https://www.researchgate.net/publication/326276836_Mindfulness_and_Work_Engagement_The_Mediating_Effect_of_Psychological_Flourishing
2 comentarios
Cuanta data y de la buena!
Me re guardo está página.
Por mi parte, me ayuda tomarme ese ratito de meditación después de almorzar, cuando hay sol suelo hacerlo afuera, y me quedo ahí súper conectada con el presente.
Gracias por tanto ♥️
Qué lindo Floriiii! Si, es un buen momento para resetear!
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