En 1811, Mary Anning descubrió su primer esqueleto completo de ictiosaurio caminando por una zona de acantilados mortalmente peligrosa. Su espíritu inquebrantable fue forjado por un rayo que casi la mata cuando tenía 15 meses (de hecho, mató a las otras 3 mujeres que estaban con ella). Con esa necesidad de mantenerse viva sorteó las dificultades de nacer en una familia pobre y segregada para convertirse en la primera mujer paleontóloga. Autodidacta y emprendedora, aún cuando sus hallazgos se convirtieron en piezas clave para demostrar el fenómeno de la extinción, no recibió en vida reconocimiento ni apoyo económico por parte de las instituciones que se beneficiaron de sus descubrimientos. Fueron sus limitaciones socioeconómicas las que la impulsaron a recolectar una enorme cantidad de fósiles en los lugares más inhóspitas, allí donde otros investigadores no llegaban.
Con mejor educación y suerte económica, dado que provenía de una familia con buena posición cultural, en 1843 Ada Lovelace dedujo y previó la capacidad de los ordenadores para ir más allá de los simples cálculos de números… algo que sus compañeros investigadores (como el matemático inglés Charles Babbage, quien fue su puerta al mundo de la investigación de las máquinas analíticas) simplemente no vieron. Ada tenía una mentalidad de “ciencia poética” que la llevó a hacer preguntas originales sobre el Motor Analítico (como se muestra en sus notas), de alguna forma, fue su vínculo a la poesía lo que le permitió una mirada innovadora: quería entender cómo los individuos y la sociedad se relacionan con la tecnología como una herramienta de colaboración.
A Rachel Carson le gustaban dos cosas: el mar y los libros. Por eso empezó por estudiar Literatura pero después de un año se animó a la Biología. Hubiese llegado a estudiar un doctorado, pero en 1834 tuvo que abandonar sus estudios para contribuir a la economía familiar. Se mudó al campo y entró en contacto directo con los efectos de los pesticidas. A partir de ese momento, dedica todas sus palabras a luchar contra el DDT, y en 1962 publica Primavera Silenciosa, el libro que cristalizara el incipiente movimiento ecologista. Rachel murió de cáncer de mama antes de ver cómo su trabajo generó modificaciones reales en la legislación y la creación de la Agencia de Protección Ambiental en los Estados Unidos. Lo que Rachel pudo ver y expresar en forma clara, es que la naturaleza es un todo complejo, cuyas partes están intrincadamente relacionadas y que las consecuencias indirectas de cualquier acción son difíciles de predecir y deben ser vigiladas.
Las mujeres, trans y no binaries en STEM, un reconocimiento pendiente
¿Por qué es importante que las mujeres sean reconocidas en el ámbito de las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés)? Primero porque la creatividad se incrementa en los ecosistemas diversos. De hecho, a mayor grado de diversidad en un grupo social, más habilitado se encuentra el pensamiento crítico y creativo. Pero además, porque las mujeres tienen preocupaciones, problemas y una subjetividad diferente, que alimenta hipótesis e investigaciones que, quizás, sin su participación no existirían.
En otras palabras, las mujeres a lo largo de la historia descubrieron cosas que los hombres no habían visto. Y sin duda lo mismo sucede en viceversa, pero esto afirma la necesidad de sostener una mirada igualitaria en el campo de la investigación. Sin embargo, a pesar de que todes recibimos los beneficios de contar con espacios de investigación libres de sesgos de género, en la realidad, eso no sucede.
Si bien hoy hay muchísimo consenso global en la necesidad de lograr la equidad (y exitosas campañas como #WomenInSTEM), aún los puestos de responsabilidad en la ciencia están ocupados mayormente por hombres. La ONU estima que alrededor del 90% de los trabajos del futuro necesitarán personas formadas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Se crearán aproximadamente 58 millones de puestos de trabajo en estas categorías. Pero la ONU señala otro dato: menos del 30% de los investigadores del mundo son mujeres. Y cuando agregamos al género otro factor de desigualdad, como por ejemplo la raza, el status de refugiadx o la desigualidad económica, el número desciende exponencialmente… aunque en algunos casos ni siquiera hay registro. Según una publicación de The Lancet, no hay prácticamente reportes que consideren a personas no binarias, de color o de países en vías de desarrollo en sus reportes: en un estudio de 2018 llamado Global Health 50/50 Report, 126 de 140 organizaciones dedicadas a la salud, no reconocían a personas trans en sus políticas, diseño de programas y reportes. Y solo una reportaba sobre salud. Ninguna intención de un enfoque interseccional puede desarrollarse en forma comprometida si ni siquiera es posible determinar el punto de partida.
No More Matildas
El efecto Matilda explica que, si Einstein hubiese sido mujer, hoy no sabríamos quién es. Se lo conoce así por Matilda Joslyn Gage, la primera activista en denunciar como se ha ignorado en forma sistemática a las científicas a lo largo de toda la historia. La Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas con sede en España ha hecho una preciosa campaña para revertir este efecto, de la mano de mucho material bibliográfico que lleva a la luz referentes científicos para inspirar y fomentar la vocación científica en mujeres niñas y adolescentes.
Podés obtener más información en nomorematildas.com
¿Y en Argentina cómo andamos?
“Fui la primera directora mujer de mi Departamento. Yo era profesora asociada y casi todos los profesores titulares eran hombres. Fue una experiencia excelente, pero aprendí rápidamente lo que es tener mucha responsabilidad y prácticamente ningún poder, rodeada de una falta de confianza básica por el pensamiento estereotipado de que ´las mujeres son muy emocionales´”, señala Alicia Dickenstein, matemática e investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones Matemáticas “Luis A. Santalo”. Junto a Karina Bidaseca (socióloga e investigadora del CONICET en el Instituto de Altos Estudios Sociales) y a Juliana Cassataro (directora del grupo de Inmunología, enfermedades infecciosas y desarrollo de vacunas del Instituto de Investigaciones Biológicas IIB-INTECH, CONICET-UNSAM), fueron invitadas a reflexionar por el CONICET sobre la experiencia de ser mujeres científicas, de la desigualdad de género con la que se enfrentaron durante su recorrido y de los avances que advierten en materia de equidad dentro de la ciencia argentina.
Juliana se encontró en sus primeros años de carrera en la facultad, como becaria e como investigadora asistente, con que en el mundo de la biología y la medicina la mayoría eran mujeres. “Pero al ascender en la carrera esta relación se invierte y cuando se ven los puestos de liderazgo la mayoría son ocupados por hombres: profesores titulares, decanos, rectores, directores de institutos y jefes de grupo. Esto hace que nosotras tengamos menos ejemplos a seguir en cuanto al modelo de liderazgo”. Karina coincide: “El estereotipo de género –dice- marca que el varón es el que tiene y al que se le presta atención y se le escucha porque es una voz marcante, autorizada, legitimada. Tiene que ver con algo histórico, eso de que supuestamente las mujeres tenemos menos capacidades para expresarnos públicamente que los hombres. Los roles de género estipulados desde la escuela siempre nos muestran un científico varón, héroe, premiado”.
En la nota, las tres cuentan cómo desde su lugar están impulsando oportunidades para las mujeres: Alicia en la creación de un Comité para Mujeres en Matemática, Karina se puso al frente de un relevamiento para medir justamente el impacto del COVID-19 en la vida de las mujeres en general y también dentro de la ciencia que permitió hacer visible una gran “crisis de cuidados”. Juliana dirige un equipo de investigación interdisciplinario que trabaja en el desarrollo de la primera vacuna argentina contra el COVID-19, lo cual la convierte en vocera, referente e inspiración para las próximas generaciones de mujeres que verán que es posible aspirar posiciones de liderazgo en la ciencia.
Conocé a dos científicas argentinas premiadas en 2020
En noviembre de 2020 se llevó a cabo al 14° Edición del Premio Nacional L’Oréal-UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia” enfocado en “Ciencias de la Materia”. La iniciativa promueve y estimula la participación de las mujeres en el ámbito científico y en esta edición reconoció la labor de la Dra. Vera Alejandra Álvarez, Investigadora Principal del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales en Mar del Plata por su proyecto “Desarrollo de geles, films y recubrimientos poliméricos para la elaboración de materiales de protección y de inactivación del COVID-19 de distintas superficies”, que tiene por objetivo sintetizar materiales de base polimérica, de bajo costo, de simple preparación e implementación, que resulten eficientes como herramientas para la prevención de infecciones y eliminación del virus COVID-19 de distintas superficies.
La ganadora de la Categoría Beca fue la Dra. Daiana Capdevila, Investigadora Asistente del CONICET en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir), por su trabajo “Sensores libres de células para la detección rápida de metales pesados en agua en la Cuenca Matanza-Riachuelo”. A través de su proyecto, busca poner a prueba un método de evaluación rápida y económica de la calidad de agua, aplicándolo al agua disponible para uso y consumo humano en la Cuenca Matanza-Riachuelo donde habita el 15% de la población argentina y cuya agua se encuentra entre las más contaminadas de Latinoamérica.
Ambos reconocimientos se acompañan con un apoyo económico de $700.000 y $490.000 respectivamente, para que las investigadoras ganadoras puedan continuar desarrollando sus proyectos. La Investigación “Políticas públicas para romper con el Circulo Vicioso de las Mujeres en STEM”, realizada por CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) en 2020, indica que si bien las mujeres recibieron el 60% de las becas financiadas en 2018 (e incluso el 50% en campos de menor representación femenina como las ciencias exactas y naturales), según datos de CVar/SICYTAR, las investigadoras que dirigen proyectos científicos reciben en términos generales un 25% menos recursos que sus colegas varones, y publican menos artículos en revistas de calidad y visibilidad nacional e internacional.
Por lo tanto… es muy importante que hagamos todo lo que está en nuestro alcance para difundir y apoyar a las mujeres en las ciencias. Lo que ellas ven y muchos no quieren ver todavía, es que no se trata de una competencia, sino de enriquecer el universo de la investigación científica para todes.
¿Qué podés hacer para contribuir con esta causa?
Hoy leíste este artículo larguísimo (si llegaste hasta acá te lo agradezco sinceramente: investigaste conmigo este tema a fondo) y por lo tanto contás con buena información para replicar y compartir. Te tiro unas ideas:
- Dejarle un mensaje de admiración a una mujer científica que conozcas, sea que está estudiando, se dedica a la divulgación en redes, la conociste por este artículo o siguiendo un link al CONICET.
- Investigá a fondo sobre la vida de una científica mujer o cientifico no binario o trans, y escribí un artículo sobre ella/elle en tus redes, para tus amiguis, seguidores y/o familia. Todes podemos colaborar en la difusión.
- Si sos mujer en STEM (o conocés a una), dejá un comentario abajo para conectar con otras mujeres que quieren conocer sobre tu trabajo y formar redes.
¡No More Matildas!
Fuentes:
Experiencias de investigadoras argentinas: https://www.conicet.gov.ar/tres-investigadoras-reflexionan-sobre-los-avances-y-los-estereotipos-en-materia-de-genero-en-la-ciencia/ y su participación local en la ciencia y disciplinas STEM: https://www.conicet.gov.ar/se-entrego-el-premio-loreal-unesco-por-las-mujeres-en-la-ciencia-2/
The Lancet sobre les investigadores trans que faltan en las disciplinas STEM: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(18)32423-1/fulltext
Experiencias de investigadoras en discriminación y violencia de género en su profesión: https://mujeresconciencia.com/2019/03/19/como-es-ser-mujer-cientifica-y-academica-nuestras-investigadoras-comparten-sus-experiencias/
Mujeres científicas que tenemos que conocer: https://eacnur.org/blog/mujeres-cientificas-tc_alt45664n_o_pstn_o_pst/
1 comentario
Vero Viva me mandó este link para ampliar información: https://www.instagram.com/cientificasdeaca/
Comentarios no permitidos.