En el mes de la expansión nos preguntamos qué onda con lo vincular en tiempos de hiperconectividad. Sabemos que se trata mayormente de meterle trabajo a los procesos internos, pero ¿es tan así que cada pizca de felicidad depende exclusivamente de lo que nos damos a nosotros mismos, o puede haber un verdadero enriquecimiento a partir de un otro?
Por Tofu
Hace 3 años me separé luego de 12 años en pareja. Pasado el duelo profundo, porque siempre quedan esquirlas y procesos colaterales por completar, pienso mucho en lo que viene en términos vinculares, en lo que me gustaría armar, en lo que no querría repetir, en los encuentros y tropezones que tuve en este tiempo.
En estos tiempos de tanta revolución en términos de género y formatos relacionales, neologismos y maneras de llamar a ciertas cosas que ya existían (pero eran tabú o que simplemente no tenían nombre), tuve que actualizar mi sistema operativo un montón.
Me encuentro conversando de este tema con personas de distintas edades, credos afectivos y vivencias de vida. Me enriquece, me abre la cabeza. Confieso que algunos de esos conceptos me cuestan y hasta me enojan, como el amor líquido, porque pienso que todo lo que es de superficie, es terreno de cobardes. Listo, lo dije. Avancemos…
En mis idas y vueltas de ciudad en ciudad escucho muchos podcasts relacionados con temas vinculares, el gran descubrimiento del último año fue Nilda Chiaraviglio, terapeuta de pareja y sexóloga. Esta mejicana, desafía minuto a minuto a las chicas de Se regalan dudas, ambas millennials, pero quizás no tan deconstruídas a la hora de pensar la pareja sana como un encuentro entre dos personas adultas y conocedoras de sí mismas.
Cuestión que según Nilda, todavía seguimos esperando que venga uno otro y nos resuelva aquello de nosotros mismos no hemos podido solucionar. Debemos lograr la verdadera independencia emocional, para poder relacionarnos sanamente.
“Hazte cargo: tú resuelves tus necesidades.”
NILDA CHIARAVIGLIO
Escuchar este episodio fue revelador, no dice nada que en el fondo no sepamos, pasa que vivimos haciendo trampa con el trabajo personal y se nos va la vida mirando para otro lado, haciéndonos los distraídos. Nilda nos da 3 cachetazos y nos obliga a preguntarnos: ¿Cómo amo? ¿Cómo necesito ser amada/o? ¿Cuál es mi lenguaje del amor? El amor como verbo, como trabajo diario compatible con lo que el otro quiere recibir.
“Si estás enamorado no te cases. El enamoramiento es un proceso personal. Tú te enamoras de tí mismo.”
NILDA CHIARAVIGLIO
El que todavía vive como hijo, no puede amar. Los vacíos los llenamos nosotros mismos. Mi vacío más el del otro, genera un vacío mayor. Tenemos que llenarnos a nosotros de nosotros mismos, para poder compartir nuestra vida con otro ser. Mi bienestar depende de mí. Hazte cargo: tú resuelves tus necesidades. Aia, Nilda querida, cuántos kilómetros de ruta me has hecho pensar y cuántos me faltan por recorrer en términos afectivos…
Mientras tanto, en la vida cotidiana, me encuentro con ejemplos hermosos de que este pensar existe, es funcional a la dos partes y que viene siendo practicado hace un buen tiempo por personas que la vivieron sin ponerle nombre.
El amor en los tiempos de La Boston
Hace poco empecé a dar clases de yoga en mi incipiente morada marplatense. Tengo una alumna de 83 años, abuela de una amiga porteña. Alice viene caminando, llega siempre 20 minutos antes, no falta nunca, vive sola y es otra expatriada como yo que hace 18 años también dijo “basta” y se vino a vivir desde Buenos Aires.
Todo esto ya es suficiente para manifestar mi admiración, pero el otro día nos contó al salir de clase algo que nos voló la cabeza a mí y a las otras alumnas que compartían el chai y la charla. Hablábamos de las parejas de las alumnas y Alice nos cuenta que cuando ella decidió venirse a vivir a Mar del Plata estaba felizmente casada. Ya había criado hijos, todos habían volado del hogar y un buen día le dice a su compañero: “bueno, ahora nos vamos a vivir al mar”. Su marido le dice que él no, que quiere seguir trabajando. Ella lo mira y le dice, bueno, me parece bárbaro pero yo me voy.
Así fueron construyendo esta segunda o quién sabe qué etapa de la pareja, donde seguían juntos, pero en ciudades distintas, se visitaban, compartían eventos familiares y mantenían una relación viva y en libertad. “No hay que aguantar, yo no aguanté nada, disfruté”, nos aconsejó Alice y nos quedamos todas de pie para el aplauso.
–¿Quién es una persona feliz?
Nilda Chiaraviglio
-Aquel que está lleno de sí mismo.
Volviendo a Nilda Chiaraviglio: no hay forma de armar nada verdaderamente evolutivo, si dejamos de lado nuestras necesidades, si nos sacrificamos por el otro y encima esperamos la misma retribución. Alice no se postergó, esperó el momento para conectar con su deseo. Lo comunicó, fue escuchada, escuchó y ambos renegociaron su vínculo desde las nuevas necesidades de ambos.
El amor en estos términos, habla de personas que ya han recorrido un camino y se eligen porque la vida, que ya es buena, es mejor con el otro. El otro no completa, mejora la experiencia. Es como un suculento plato de pasta italiana y un buen tinto. Cada uno por su lado funciona perfecto, pero juntos, son un despelote.
Les dejo algunas máximas de sus podcasts, no tienen desperdicio, en vez de tatuarme una palta, me voy a tatuar alguna de estas frases:
- El amor Disney es un amor terriblemente violento: “te amo, pero tienes que cambiar esto, esto y esto.”
- Las parejas no se buscan, se construyen y se construyen en el largo plazo.
- A veces me castro para tener una relación de pareja.
- En nuestra cultura, una verdadera mujer es la que sufre, si no sufre: ¿en qué andará esa para que esté tan contenta?
- Todos los dolores se convierten en sabiduría, a través de la reflexión.
- Nuestros valores están afuera. Pareciera que es lo que nos nutre. ¿Los necesitamos? Claro que los necesitamos, porque somos individuos sociales.
- Nuestra cultura genera gente insatisfecha. Cuando estás insatisfecha comprás espacios, cosas, productos, patrimonio. Todo se estructura alrededor del consumo.
- ¿Qué se le puede pedir a una pareja? NADA. Disfruta lo que tiene para dar.
Las personas felices son peligrosísimas. No consumen, no le hacen caso a la moda y a la publicidad.
NILDA CHIARAVIGLIO
Las duplas exitosas son pocas, conozco algunas, no abundan. Tanta revolución y apertura nos deja un poco desorientados seguramente, pero lo real es que cuando tenemos claridad, trabajo interno y sabemos lo que queremos, sea lo que fuere, estamos más cerca de encontrarlo. Personalmente deseo encontrarme en algún momento diciéndole genuinamente a alguien “oye, mi vida es mejor contigo”. ¿Ustedes?