Ayer mientras almorzaba miré el capítulo en el que la genia de Marie Forleo —a quién llegue por recomendación de la genia de May Groppo— entrevistó a su profesora de Yoga, Colleen Saidman Yee. Abro paréntesis para decir que es la primera vez que veo a Marie tan emocionada —llorando incluso— durante una de sus entrevistas.
Comienza rescantando un pasaje del libro Yoga For Life de Colleen que dice lo siguiente:
“Know your enough. I watched women holding together, afraid that if they slow down, everything will fall apart. I watched women being ashamed that they’re againg, and feeling unworthy of love. Women in my class are coping with addiction, body and relantionship issues, mother issues, competitive issues, and an inability to tell the truth.”
Lo transcribo en inglés para ser fiel al texto original ya que la traducción siempre roba un poquito de sentido y, en este caso, es bastante difícil (si alguien allá afuera tiene una mejor forma de explicarlo, bienvenido sea en los comentarios). La idea es que sos suficiente. Es crucial adueñarse de esa idea como un estado de tu ser: un estado de complitud. Dice Colleen que en su clase ve mujeres que están aguantando, con miedo de que si dejan de correr todo se viene abajo. Con vergüenza porque están envejeciendo, sintiéndose no merecedoras de amor. Lidiando con adicciones, inconformidad con su cuerpo, problemas para tener pareja o ser madre, problemas por competir, mintiendo y mintiéndose.
Marie confiesa que al leer ese párrafo sintió dolor —al reconocerse en esas palabras— pero también una gran liberación. Le pregunta a Colleen, “¿cómo adueñarse de ese estado en el que somos suficiente?” Colleen cuenta la anécdota de cuando estaba escribiendo el libro, bajo la presión de no creerse suficientemente preparada (y en realidad, la palabra correcta sería habilitada) para escribir. En su mente el discurso iba así: no terminé la Universidad, trabajé como modelo, fuí adicta a la heroína… ¿con qué autoridad voy a escribir un libro? Y en ese momento escuchó una canción de Jason Isbell, que dice:
“So girl, leave your boots by the bed we ain’t leaving this room
Till someone needs medical help or the magnolias bloom
It’s cold in this house and I ain’t going out to chop wood
So cover me up and know you’re enough to use me for good.”
Colleen tuvo una revelación. Todos tenemos una historia que contar. No estamos solos y somos suficiente. Seguro hay historias más y menos dramáticas, pero la tuya… solo vos podés contarla.
“If one woman would stand up and tell her story, the whole Universe would break open. / Si una mujer se parara y contara su historia, el Universo entero se abriría.”
Colleen rescata un video de Fiona Apple en el que baila de una forma imperfecta. Pero baila igual, su baile es más auténtico porque no teme mostrar que no es perfecto. Colleen dice que es un hermoso “Namasté”: de mi corazón, al tuyo.
¿Cómo darte cuenta que sos suficiente?
En este preciso momento estoy mirando los cartelitos sobre mi pared que me recuerdan los nombres de mis proyectos y las fechas de entrega de cada uno. Son mis proyectos propios: la secuela de Redes Peligrosas, la agenda Happimess, otro proyecto de libro propio que me híper entusiasma. No saben lo díficil que me resulta enfrentar esos papelitos. Cada vez que empiezo a trabajar en algo, siento cosquillas en todo el cuerpo y mi atención que quiere huir. “¿Y si hago una torta de manzanas para acompañarme esta tarde mientras dibujo…?” Allá va una hora de mi precioso tiempo, malgastada en un escape digno de mi propio Alcatraz. (Bueno, a decir verdad la torta estaba riquísima.) Esa hora de desconexión es todavía más dañina de lo que parece. Retomar es el doble de esfuerzo. Ya entendí que el problema no es el contexto, el cúando, el dónde —aunque sospecho que una socia para la maratón de concentración puede ser una buena idea, May Groppo I’m talking to you— sino que el problema soy yo. Yo y mi miedo de no ser suficiente.
Seguro todos se pueden identificar con esta sensación. Para Colleen, fue cuando estaba haciendo su Profesorado en Yoga y se dió cuenta que ella no podía ser profesora. Se presentó frente a sus maestros y les dijo “voy a terminar el curso, pero sepan que no voy a enseñar”. Sus maestros la escucharon, sin comentarios. Más tarde, una profesora la llamó por teléfono para anunciarle que Colleen iba a enseñar su clase esa misma noche. Colleen sabía que no podía escapar. Memorizó la secuencia, juntó todo su coraje y aún así, con mucho terror, dió la clase. Fue entonces que supo que, aunque creyó que no, en verdad podía hacerlo. Iba a ser una maravillosa profesora.
Un mundo de posibilidades
Es muy interesante —personalmente me tocó mucho— esta otra revelación que Colleen tuvo en ese momento. Si podía hacer eso (enseñar una clase a 75 personas), había muchas más posibilidades para ella en el mundo de las que asumía “posibles”. Durante tantos años se había escudado detrás de su imagen —como modelo—, de algo “externo”, que su mundo interno se había debilitado terriblemente. Derrumbado, dice ella.
Piénselo ahora en sus propias vidas. ¿Cuántas veces ponemos todo el peso en lo externo, lo que se ve? Completar un nivel de educación (preferentemente con buen promedio), ser delgados, tener casa, auto, hijos (todos bellos, limpios, impecables), ser profesionales exitosos y tener la agenda ocupada a tope para “vernos” siempre en movimiento. Alimentamos —con nuestra atención y nuestro tiempo— todas las actividades y pensamientos que contribuyen a aumentar nuestro patrimonio personal de vida exteriorizable. Y para hacerlo aún más “contabilizable”, instagram. Instagram y su pedido tácito de que subamos hoy otra nueva fotito de vida maravillosa. ¡Vaya manera de hacernos sentir que nunca es suficiente! (No me malinterpreten: instagram es un gran medio, una ventana al mundo y una forma de compartir ideas y sentimientos muy simple y poderosa. Soy fan. El problema es cuando se transforma en una adicción vacía, cuando sirve solo para mostrar “tengo-esto-miren-que-lindo” y si no tengo… no soy suficiente.) Tengo. Soy. Dos verbos diferentes. Hagan este ejercicio: pregúntense si tienen o si son X. Por ejemplo: Tenés miedo. ¿Sos miedo? Tenés panza. ¿Sos panza? Tenés un trabajo. ¿Sos ese trabajo? Y ahora háganlo al revés. Anoten todo en un cuaderno y comparen respuestas.
A veces necesitamos un empujón
Colleen realmente pensó que no podía enseñar hasta el momento en que su profesora “la empuja al precipicio”. Marie rescata: “¿No es increíble que otra mujer, parada frente a vos, vea algo en vos que no pensaste posible y gracias a su empuje hoy seas una profesora que cambia la vida de miles de personas?”. Si estamos estancados en una idea de nosotros que tiene que cambiar, pero… tenemos ganas de crecer, esa idea va a ser cuestionada —el cómo nunca lo sabremos, pero no tengo dudas de que eso sucede: llamenlo fe, karma o Universo—. Más allá de esto, es muy poderoso pensar como nosotros podemos catalizar el cambio en otros, inspirando con nuestro propio ejemplo y transmitiendo nuestra confianza. (¡Sobre esta idea se viene muy pronto otro wallpaper y otro post!)
WOW. ¿Verdad? Qué almuerzo revelador tuve gracias a estas dos diosas de mujeres que son más que suficiente, realmente son un montón. No se pierdan el resto del video (dura 20 minutos y hasta acá les conté menos de la mitad). Ahora, ¿nos animamos a pensar que nosotros también somos suficiente? ¿Qué pasos piensan que tienen que dar? Los escucho en los comentarios y en las redes. Antes que me olvide: aquí está el link para bajarse el wallpaper que ilustra esta nota, para que nos inspire toda la semana. ¡Namasté!
5 comentarios
Que ganas me diste de ver la entrevista. Ando en búsqueda constante de inspiración para destrabar algunos paradigmas que no sirven. Escuchar a otras mujeres siempre es revelador. Gracias por compartirlo!
Me encantó Vik, mil gracias ❤
Me encantó Vik!! Hace muy bien reflexionar(nos)
Hola Vik, Hoy descubri tu blog, y no dejo de leer cada post!! Me encanta la forma de escribir y los mensajes que das.
Este post particularmente me hace que me replantee mi forma de ser, ya que yo pienso que no soy suficiente y tengo miedo a comenzar a hacer lo que quiero. Ojala pronto pueda salir a la luz lo que me gusta y quiero. Y comenzar a ser y no tener.
Gracias!
Besote!
❤️ Qué lindo Cyntia! Te recomiendo otra lectura que tiene “empujoncito”: Big Magic, de Elizabeth Gilbert. Beso!
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