Veo esta tapa y pienso: “se hizo justicia”. No sólo porque ella está hermosa —ella es hermosa por donde la miren—, sino porque esta tapa la pone al frente —donde suele caer siempre, aunque insista en ponerse al costado para liberar pista y que los demás puedan despegar—; y con un titular que describe perfectamente lo que ella viene gestando. En forma errática verán que acota, casi como una disculpa, pero en el fondo sabe(mos) que no hay otra forma de hacerlo cuando impera el compromiso de no actuar según “el manual”. La nota explica con detalle el camino que May diseñó para sí misma —con muchos arranques de coraje y una pizca de serendipia bien habilitada— en estos últimos años, una ruta que la formó para poder ayudar a otros, hoy, a descubrir esa posibilidad. Léanla, porque es un libro abierto que no para de abrir mundos, incluso desde estas páginas.
Cuando doy un paso atrás en el éxtasis de ver a mi amiga brillar, otra idea relampaguea en mi cerebro: llegó primero a la tapa de una revista para hombres. Disculpen si me pongo puntillosa, pero… ¿No habla un montón de lo que las mujeres imponen para ellas mismas como estándar de “chica de tapa”? En otras palabras, ¿no es tremenda nuestra vara “del éxito”? Me apena que todavía las revistas femeninas no sean capaces de poner a May Groppo en tapa, reservando ese espacio de difusión tan poderoso a mujeres que muchas veces no tienen nada poderoso para contarle al mundo. (Lamento tener que generalizar la situación bajo “revistas femeninas” porque el espectro de publicaciones que consumen las mujeres, así como el de “mujeres de tapa”, es enorme. Me consta que hay intentos por romper con el estándar, que hubo muchísimas mujeres en tapa con historias profundas y poderosas, que hay editoras que quieren otra cosa… pero aún no es suficiente. Todavía la big picture está contando otra historia.)
Las editoras de revistas o suplementos femeninos dirán que una mujer como May Groppo en tapa “no vende”. Ciertamente es probable que tengan muchísima razón. Pero si eso no cambia, si una mujer como May no llega a tapa de una revista femenina, vamos a seguir “comprando” que las mujeres que “nos inspiran” y “queremos consumir” en nuestros medios —y por ende “avalamos como modelo de mujer”— son únicamente las famosas/actrices/modelos/mujeres o hijas “de”. (Subrayo porque alguno con poca comprensión de texto me va a decir que por qué estoy en contra de las actrices/modelos/hijas de; y no es ese el punto.)
El Trabajo de Inspirar
Esta observación sobre lo que define por qué una persona puede ser tapa, me lleva a plantear una pregunta: ¿a quién pertenece el trabajo de inspirar? La respuesta más generosa —y la más real— es “a todos”. Todos podemos levantarnos cada mañana con la intención de mejorar la vida de los que nos rodean, despertando en el Otro una sonrisa, un insight, una solución e incluso amor propio. Algunas personas excepcionales encuentran la manera de transformar esa intención en un proyecto con escala, logrando activar buenas emociones en muchísimas personas a la vez, generando bienestar y crecimiento. Algunas lo hacen a través del arte —no solamente pintando: hay arte en la manera de servir un café, de atender la caja de un banco, de tomar un llamado telefónico— y otras, tendiendo puentes. ¿Es necesario ser tapa para inspirar? Por si todavía la respuesta no es obvia, ¡claro que no! ¿Puede una famosa/actriz/modelo/hija de inspirar? ¡Claro que sí! Tienen mucho terreno ganado para eso. Pero no van a inspirar cambio verdadero hablando —o permitiéndose ser instrumento— de cosas vacías. Dejando el ego de lado, la perfección absoluta y siendo humanas al 100%, sí. Pero además como, redes mediante, hoy ya son medios en sí mismas, pueden hacer algo todavía más generoso: amplificar “el arte” de las que no los tienen.
Atenti: famosas, no famosas, con recursos, sin recursos; nos toca a nosotras cambiar la historia. Es tarea de mujeres como May aceptar el desafío de alzar la voz y mostrarse en tapa (¡hey! Ser tapa tampoco es fácil, es un ejercicio de vulnerabilidad enorme). Es tarea de las que trabajan en medios, identificar a las mujeres generadoras de cambio, inspiradoras, provocadoras… y asumir el riesgo de ponerlas en la agenda (tapa incluida). Eso es buen periodismo para mujeres. Y es tarea de las que consumen medios, no comprar lo que no avalan. Yo creo que si todo esto sucede, nos vamos a llevar una sorpresa inconteniblemente buena.
Puntos extra a Fernanda Nicolini por empezar la revolución.
Como ejercicio les propongo que me cuenten: ¿cuál sería su mujer de tapa? ¿En qué revista —o medio, pueden ponerse creativos sugiriendo espacios— les gustaría verla? Compartan en sus redes con #MujeresDeTapa y a re-vo-lu-cio-nar!
7 comentarios
Me gusta como lo escribiste y analizaste coincido con lo que decís (veremos que dicen los medios de esto).
De hecho creo que a veces es más curioso y comprás por no saber quien es la persona que está en tapa y querer saber más y aprender más.
Digo, una revista además de entretenerme busco que me inspire o me de un puntito para experimentar.
Monocle, por ejemplo… No pone famosos en tapa pero si es gente que está bueno que mires y conozcas.
Y me divierte eso de un medio. Ya todos conocemos a Carla Peterson, Juana Viale, blavlu.. etc… ta bueno conocer a otras minas que hacen cosas tan buenas como ellas.
Excelente Vik.
No solo es un lúcido análisis sobre lo que nos ofrecen y venden como representación del “universo femenino” , sino que son palabras llenas de amor y admiración por una amiga.
Y eso hay que celebrarlo, porque para mi eso es lo que describe perfectamente el poder que “lo femenino” puede aportar a este mundo: creatividad, amor, solidaridad, y ganas de transformar. Esa es la energía femenina que está dando vuelta el mundo!
Bello, Vick. Y comparto. Y sumo mi mirada.
Creo que el universo fememino es tan rico que merece, y merecemos, un conjunto de ejemplos, de inspiraciones, de paletas para pintarnos.
Entiendo tu punto, lo celebro, y celebro también las otras perspectivas. Motiva la actriz que siguió su vocación en pos de una carrera que no da seguridades pero sí placeres, estimula una bailarina que le pone el cuerpo, el sacrificio y la disciplina al arte que ama, maravilla una modelo que es bella, atendiendo a los cánones de cada momento y con los cuidados que debemos tener al respecto, motoriza una emprendedora que crea y ejecuta, e invita a cambiar la propia vida por la que cada uno sueña.
Hay tantas fuentes de inspiración porque la inspiración no está en el otro sino en el mecanismo que se activa dentro de cada uno y que enciende una luz al final del camino. Interpretar el mensaje que se esconde en la hostoria del otro es una acción intima, privada e individual. Y a cada una la despierta una vibración diferente.
Acepto todas las mujeres. Ni una ni otra. Todas. Porque somos todas, cada una de nosotras, las que entramamos el universo femenino.
Gracias por la invitación y el debate.
Abrazos.
Bellísimo comentario Sol. Profundamente agradecida :)
Así de tal cual, tener la habilidad de absorber lo inspirador de otra (y en tantos casos de otro hombre porqué no, pero hoy toca enfocarnos y referirnos a las mujeres SUPERPODEROSAS ♥).
No es un punto de vista menor esta cuestión.
Que sensación agradable es cuando te toca el alma alguna acción inspiradora no? y allí arranca la propia rueda de cada una, observar ese “algo” de todas las fuentes que consumimos, ver que huella dejó, lo interesante es darle forma en algún momento, que trascienda y que compartamos esa vibración que nos llegó.
Me encantó.
Hola! Adhiero al comentario que dejó Sol en el blog y celebro tener a May en la portada de una revista dirigida a un público masculino sin ser el tipo de modelo tradicional que “esperaríamos” en esta publicación. Quizá su presencia ahí no sólo se deba a la lucidez de un periodista, sino a una búsqueda de re-orientar a Brando hacia un lugar más similar al de Fastcompany e Inc, por ejemplo, y esto no invalida la felicidad de esta nota de tapa en absoluto. Pero… me asusta algo: ¿por qué presuponemos que para que a un tipo le interese o compre la revista tiene que haber una mina en bolas en la tapa o que una mina en bolas en la tapa no es válida por aceptar una forma de mostrarse que, en definitiva, es lo que busca?
Por otro lado, me gusta el punto de no comprar lo que no va con nuestros principios pero…las revistas, quieran o no, dirigidas tanto a hombres como mujeres tienen el objetivo de “entretener” y en su tapa suelen ubicar al aspiracional del público al que se dirigen, esperando que este se identifique y por ende, compre. De ahí, me parece que sería ciertamente muy bello ver en stands de venta no solo minas en bolas o actrices y bellas modelos etc en las tapas, sino publicaciones que celebren y difundan las ideas detrás de esas caras desde ese backstage. Muchas veces es lo que hace la revista Sophia, aunque también parece una publicación aburrida para un adolescente y no así para una abuela de zona norte. Pero la fuerza del mensaje se da también en la elección de la linea editorial, como por ejemplo, la edición impresa de la revista Ramona, de artes visuales que no contenía imágenes sino texto con, a lo sumo, juegos tipográficos.
Final y personalmente, me interesan más publicaciones dirigidas tanto a hombres como mujeres, si bien compro cada tanto “revistas femeninas” como Bazaar u Ohlalá, y las compro sabiendo de antemano lo que voy a encontrar y, aún así, muchas veces leer la nota de la tapa me sorprende y acerca un pedacito desconocido de esa persona más allá de la imagen construida en mi cabeza sobre ella a través de los medios o de lo que hace. Me parece que la riqueza está en la diversidad y de ahí que no adhiero a lo “femenino vs. lo masculino” ni a ninguna clasificación que dogmatice una postura (y ahí sí creo que hay un vacío en el mundo de revistas)…porque somos dos formas de la misma humanidad y creo que también está bueno amigarnos con comprar algo que nos entretenga y algo que nos haga pensar, más allá de que vengan las dos cosas juntas (como Monocle y Makeshift) o separadas. Eso sí, creo que ya es hora de mirarnos más a lo ojos y establecer diálogos que vayan más al encuentro y no solo se detengan en las formas, en todos los aspectos y temáticas de estas publicaciones (como podría ser el equilibrio ejemplar de Kinfolk). De ahí, que me coparía una tapa tanto de una maestra de un colegio, la señora que lava mis sábanas en el lavadero de la vuelta de la esquina, como una de Michelle Bachelet. xoxo!
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