En el arduo camino de expandirnos, esta semana nos preguntamos qué pasa cuando nuestra mejor versión no es dócil, no busca agradar, ni encontrar pertenencia con ningún grupo en particular. En algunos círculos nos llaman mujeres difíciles.
Por Tofu
Hace unas semanas me topé con este peloteo entre dos popes de la conversación feminista y me voló la cabeza. Cuestión que estos pocos segundos de video me despertaron un montón de preguntas: ¿qué es ser difícil? ¿Desde cuándo está mal serlo? ¿Por qué lo vemos como algo negativo?
“Las mujeres que cambian el juego
Cate Blanchett
son esas mujeres con las que
nadie sabe bien qué hacer.”
Si ser difícil significa que tengo el valor de enfrentar cuestiones complejas, tomar armas, lidiar con situaciones donde una corre con desventaja y así y todo no se achica, entonces: QUIERO SER DIFÍCIL.
Más tarde, ahondando más en esta charla interna, me puse todavía más autorreferencial: ¿seré lo suficientemente interesante como para andar incomodando a otros? Confieso que muchas veces me cuesta enfrentar situaciones incómodas y me tiembla el pulso cuando tengo que decir verdades que no puedo callar.
“Prefiero incomodar a ser invisible.”
Pero por otro lado, vivo una vida muy a mi medida, tomo decisiones que se salen de la norma y basadas en mi verdadero deseo y eso muchas veces incomoda al otro, lo obliga a repensarse o a aferrarse a su creencia por mero contraste. Esa es mi manera de incomodar, de ser difícil: viviendo mi vida.
¿Y por qué esto es parte de un conversación feminista? Porque cuando incomodamos podemos estar dejando en off side a cualquier persona, sin importar el género. Pero resulta que sí hay un bias de género: Taylor Swift lo ha explicado muy bien recientemente en una canción y una entrevista, donde explica el gaslighting: un tipo de abuso psicológico en el que se hace a alguien cuestionar su propia realidad, negando que algo sucede o sucedió o reformulando los hechos con información falsa para que la víctima dude de sí misma (de su memoria, de su percepción).
@ts_spanish otra joyita infravalorada #madwoman #taylorswift #taylorswiftespañol #madwomantaylorswift #fyp ♬ mad woman – Taylor Swift
Este modo de represalia por no ajustarse al comportamiento esperado es el que contiene a las mujeres de ir libremente detrás de su deseo. El estigma de ser considerada una loca, está muy reforzado por mecanismos conocidos. No cuesta demasiado encontrar una tribuna que apoye la versión de los hechos de quien señala a una mujer como “difícil”.
“No hace falta demasiado para ser
Jane Goodall
considerada una mujer difícil, debe ser
por eso que somos tantas.”
Se me ocurrió entonces pensar a partir de este breve video y de todo lo que me despertó que ser difícil es un lujo, es algo que está buenísimo, siempre y cuando implique que en mi análisis FODA, ser difícil es más una fortaleza que una debilidad. Siempre que ser “una de esas mujeres con las que nadie saber bien qué hacer” signifique ser alguien que trabaja para transformar su entorno.
“Las mujeres que son consideradas mujeres,
Hillary Clinton
en general son todas mujeres interesantes.”
Las mujeres difíciles usan su voz, no le temen. Desafian al status quo. Son ambiciosas y tienen su propósito bien claro. A lo largo de la historia, las mujeres pioneras han sido etiquetadas de desagradables, complejas, loquillas o intensas. Hoy bien podrían decirnos: “ah, sos un montón.”
El libro de las “Mujeres difíciles”
Difficult Women la publicación de Helen Lewis, describe el proceso feminista del siglo 19 y 20. Cuenta el proceso de muchas de esas victorias que hoy damos por sentadas, como el derecho a divorciarse, votar, estudiar, trabajar, disfrutar del sexo consensuado, competir deportivamente e incluso de escapar de compañeros violentos. Lewis dice que las mujeres que hicieron que esto sucediera, se vieron con la necesidad de usar métodos no ortodoxos y tácticas ilegales. Pocas de ellas fueron reconocidas por sus logros y muchas fueron castigadas por ellos.
¿Las mujeres somos difíciles o es difícil ser mujer en este mundo?
Lewis responde a esta pregunta diciendo que la Historia es siempre mucho más interesante cuando es difícil. Las batallas son difíciles y nosotros debemos entonces ser difíciles también.
La autora también agrega que muchas de las mujeres que han librado batallas por libertad, derechos, han sido minimizadas, no reconocidas y hasta olvidadas, en la búsqueda de heroínas más carismáticas, estéticas, aspiracionales. La historia del feminismo no es una de mujeres edulcoradas ni complacientes precisamente.
Si te interesó el libro, se encuentra en Amazon.
Finalmente, las dejo con esta frase de Pizarnik:
“Qué belleza guardan aquellos que no encuentran su lugar fácilmente entre tanta gente.Tal y como está el mundo es un privilegio no encajar.”
Alejanra pizarnik
Te invitamos a que le pases esta nota a tu mujer difícil favorita.