Nunca antes el mundo entero estuvo tan dispuesto a replantearse qué lugar ocupa el trabajo en su vida y la manera en la que conduce sus negocios. Desde la explosión del e-commerce hasta las crypto monedas, pasando por el experimento global en teletrabajo y la incorporación masiva del zoom a la dinámica laboral: en 2020 la pandemia COVID sacudió todas las fallas del sistema en un intenso y extenuante terremoto que dejó nuestra realidad patas para arriba. Lo que era cierto y definitivo, dejó de serlo. El fin de una era ajustada a las reglas boomers y la llamada definitiva a la adultez para los millennials, estamos en ese momento en el que hay que tomar los pedazos y volver a construir. Pero este rompecabezas, ya lo sabemos por anticipado, no va a parecerse a la foto que venía en la caja.
La Gran Reconstrucción
Quizás este momento histórico te encontró trabajando para una empresa, quizás te encontró lanzando tu emprendimiento. Quizás estabas a punto de salir de viaje, quizás recién arrancabas a estudiar, o a laburar en una nueva oficina. Sin importar dónde estabas cuando comenzó el movimiento, es seguro que se te agrietó un poco el piso. No había forma de salir “bien parado”, ya no irse de pera al suelo podía contarse como una victoria suficiente. Proyectos debieron ser suspendidos, sueños y planes abandonados, modos y formas rediseñadas, espacios clausurados.
El mundo físico se lleno de límites mientras el mundo digital se desplegó al infinito.
Mientras las cuarentenas nos retenían acordamos algo así como un estado global de tregua, ya que ir por nuestros sueños era una tarea si no imposible ciertamente complicada, por la multitud de factores incontrolables que nos limitaban. Pero con el avance de la vacunación y la esperanza de alcanzar una nueva etapa en la que finalmente podamos aflojarnos el tapabocas, se nos hace imperativo recuperar las riendas. Como el juego del baile de las estatuas, la vida sigue cada vez que alguien suelta el botón de “pausa”. En algún momento, ese botón dejará de existir y la pregunta es ¿va a encontrarte bailando? ¿Al ritmo de qué?
Iniciar una aventura
Aunque mi empresa cumple 14 años, 2021 para mí tiene aires de reinicio. No soy la misma que era en 2019 y tampoco quiero serlo. ¿La diferencia? Creo que pude sentir finalmente que el mundo está mucho más cerca de lo que pensaba, y que las distancias son, aunque físicamente reales, digitalmente muy “salvables”. Lo que hacemos puede tener realmente un impacto global: alguien publica algo en TikTok a miles de kilómetros de distancia que es tendencia en Buenos Aires. Hemos recibido compras en nuestra tienda online de clientes basados en Australia o Canadá. Un meme puede entenderse con igual facilidad aquí, en Massachusetts y en Kuala Lumpur. Tu próximo profesor de carpintería puede estar en otro continente. Si, lo sabíamos, todo esto no es novedad, pero… desde que un virus se coló por un mercado chino al mundo entero, sentimos que lo que nos separaba “del resto del mundo” no era tan impermeable, lejano, duro, impenetrable incluso, como habíamos crecido pensando que era. El mundo está realmente más cerca que lo que parece en el mapamundi.
Entonces: ¿qué quiero para mí en este nuevo mundo? ¿Lo viejo, firme y conocido que puede quebrarse en cualquier instante? ¿O lo infinitamente expansivo, amorfo y diverso que propone esta lección aprendida de que todo puede pasar y que lo exótico está mucho más a mano de lo que pensábamos? En mi opinión la respuesta es clara: fuimos todos, querramos o no, iniciados en una aventura. Estamos en esa parte de la historia en la que tenemos que elegir si optamos por un camino en el claro o nos adentramos en las profundidades del bosque.
Home office o no, emprender o no, para una empresa o no, en mi país o no… esas son las cuestiones
En el diseño de esta aventura tenemos aparentemente más libertad que nunca: hay opciones inéditas sobre la mesa. Estas opciones no son tan nuevas en sí mismas, lo nuevo es que hay mucha más gente considerándolas como formas viables de trabajar y hacer negocios. El mercado del turismo por ejemplo está integrando a velocidad ultrasónica a los “nómades digitales”: profesionales independientes que trabajan desde cualquier lugar del mundo con solo contar con algún dispositivo con acceso a internet. Airbnb hizo un concurso recientemente para premiar a 12 personas con pasajes y estadías para pasarse un año rotando por el mundo en plan nomádico. Coincide con la inauguración de un nuevo filtro de búsqueda para estadías largas (long term rentals). Otras propuestas emergen para concentrar su oferta en alquileres de 1 mes de duración en adelante, en forma exclusivamente online como Rentberry o HousingAnywhere. Y lo más novedoso: hoteles hoy ofrecen membresías que te permiten escoger entre sus ubicaciones en diversas ciudades para instalarte en forma temporaria. También hay una versión más global disponible, llamada Hello Landing.
Sin embargo, el nomadismo digital no es para todes. Ciertamente no es sencillo compaginar la vida en familia en este tipo de esquemas, no al menos hasta que se complete la transición hacia la disponibilidad completa de opciones de trabajo y educación digitales para todos los miembros de una familia. Y aún así, muchas personas elegirán asentarse para favorecer una rutina o vínculos sociales un poco menos “holográficos” (levante la mano quién se cansó ya de tener amigues por zoom!).
Lo que ciertamente parece no tener vuelta atrás es la supremacía del marketing digital y la inteligencia (crecientemente artificial) de datos como método para impulsar los negocios. El boom del comercio electrónico apoyado por la digitalización definitiva de las transacciones económicas, el “omni” canal, la internet de las cosas, el delivery instantáneo de cualquier contenido digital on demand, el print & 3D print on demand y la descentralización de los servicios logísticos de última milla en formatos mucho más dinámicos, etc. hacen que comprar en la verdulería del barrio parezca poco práctico y demodé (al menos en las grandes ciudades, donde se concentra gran parte de la población y de las verdulerías de barrio). Lo que hoy es un acceso privilegiado a la tecnología y un consumo sofisticado seguirá evolucionando hasta incluir prácticamente a todes. ¿Quién no compró ya alguna cosa por un mensaje de WhatsApp? La tecnología ya se impregnó en nuestro cotidiano y sigue avanzando exponencialmente y sin pausa.
El momento es ahora
Ya sea que tu sueño sea viajar por el mundo escribiendo libros, vender tus creaciones en cerámica, cambiar la realidad de los niños en sectores rurales, limpiar los océanos o replantar el planeta, hoy es más fácil que nunca antes conectar con esos proyectos. Como dice Mel Robbins en esta nota, basta googlear para encontrar a alguien que ya lo hizo y explica cómo hacerlo en un webinar, que lo está haciendo y busca apoyo o voluntarios, o alguien que necesita a alguien que lo haga por él o ella. Lo imperativo es romper con la inercia para salir del modo de pausa en el que 2020 nos sumergió de cabeza, de esta tregua que aceptamos sin fecha de vencimiento porque de alguna manera nos toca a nosotres decidir la manera en la que, como humanidad entera, vamos a salir. Cada une desde su lugar. Como reza la frase ilustrada en la carátula:
El riesgo es apostar a que tendrás la chance de hacerlo más tarde.
Estamos en la mitad de 2021 y es un buen momento de empezar a juntar las piezas de tu rompecabezas personal. Quizás encuentres que hay piezas que ya no encajan. Mi consejo: no las fuerces. Una cosa graciosa sucede una y otra vez desde que empezamos a hacer rompecabezas en Monoblock: muchas personas escriben muy ofuscadas porque hay un error en su puzzle, porque les falta una ficha pese a que las contaron todas (sí, incluso cuando les sobra otra). Lo cierto es que en el 99% de los casos, colocaron mal una ficha en otra parte del rompecabezas… a la fuerza. A veces agregan más fichas a un borde sin darse. Cuando les resolvemos el enigma no pueden dar crédito a que la solución, tan simple, estuvo siempre frente a sus ojos. Lo gracioso es que nos basta apenas una foto para ver claramente que la pieza no encaja en ese lugar, pero la persona que toma la foto no lo registra. Esto, nos pasa a todes. Es más fácil ver lo que no funciona, sobra o no pertenece al cuadro cuando tomamos un poco de distancia.
Si todavía no lo hiciste, probá armar un rompecabezas, a modo de ejercicio de mindfulness. Fijate cómo te sentís cuando no te resulta tan fácil encontrar la pieza correcta. Registrá tus mecanismos internos para la paciencia pero también la energía que te requiere sobreponerte, concentrarte y completar tu misión. En tiempos de tanta distracción digital, te aseguro que es un bálsamo. Y quién te dice: quizás ordenando esas piezas de cartón, se ordenan las otras piezas de tu vida. Como diría mi querida amiga Tofu: encerar, pulir. Empezá.
Fuentes:
Airbnb Live Anywhere: https://www.airbnb.com.ar/d/liveanywhere
La nota de Mel Robbins: https://www.happimess.co/como-salir-del-auto-sabotaje/
El boom de las membresías: https://www.cnbc.com/2020/10/16/hotel-subscriptions-hospitality-industry-sells-subscriptions.html
4 comentarios
Ah! Nos pasó con el rompecabezas de Lucilismo, yo armé los bordes, siempre arranco los rompecabezas por los límites… (ascendente en virgo?) y luego compartí el resto del armado con mi hija adolescente, a la cual no creí que iba durar ni cinco minutos pero se re enganchó. De pronto la ví apretando con fuerza una de las piezas… claro, el color coincidía… pero yo sabía que eso no estaba bien. Entonces le dije: no lo fuerces, si lo forzas es porque no va ahí. Me sentí dando una lección de vida….
Jajaja viste Romi?? Encerar, pulir! Es increíble lo que se transmite…
Muy interesante la nota. Comparto que el nomadismo digital no es para todes, ni para todes las profesiones, soy arquitecta. Contagia impulso y ganas!!
No veo seguido los mails pero cada fin de semana, más menos borro la casilla y últimamente abro los tuyos y es exactamente la frase, la fuente, la charla q necesitaba escuchar y palabras q necesitaba leer. Cómo si me hablaras a mi directo sabiendo por lo que estoy atravesando…
Sincronicidad obvio! Pero también un mensaje mágico del más allá justo cuando necesito leerlo. Hasta las ilustraciones me hablan directo!! Gracias x Mel Robbins el sábado pasado. Gracias x este texto de hoy!!
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