¿Alguna vez te encontraste añorando ir a un lugar en el que nunca antes estuviste? Pues sí, eso existe.
Los alemanes tienen una palabra que lo define: fernweh. Proviene de fern (lejos) y weh (dolor), e intenta describir eso que sentimos por un lugar opuesto al que podríamos describir como “hogar”: puede ser un lugar distante al que desearíamos llegar o un lugar idílico, literalmente imposible de visitar, pero que en una parte de nuestro corazón se enquista con el amor ciego de un crush. ¿Podríamos pensar entonces que toda aventura probablemente empieza a partir de un fernweh?
Lanzarse a la aventura parece tarea de aventureros: personas que han nacido con la suerte de Indiana Jones, el temple de Ernest Hemingway y la determinación de Amelia Eckhardt. Pero lo cierto es que todos vivimos “sucesos extraños o poco frecuentes, especialmente emocionantes, peligrosos o que entrañan algún riesgo” a lo largo de nuestras vidas. La diferencia está probablemente en el gusto por buscar activamente esa electricidad que viene adosada a lo exótico: algunes diseñan su vida para encontrarse con esa emoción, una y otra vez, mientras otres la rechazan y prefieren la comodidad de sentirse siempre seguros o “como en casa”.
Sed de aventuras
Si el 2020 te dejó con demasiado fernweh, entonces te recomiendo un podcast lleno de aventureros de todo calibre: El Refugio, con la conducción de Fede Elli y de mi gran amiga Tofu Giandinoto. En el refugio hay quienes cambiaron su vida de oficina por la de nómades digitales, fotógrafos, deportistas y yoguis, ecowarriors, escritores, etc. todo salpicado por las perspicaces observaciones de los conductores.
En el segundo episodio, la dupla entrevista a Julián Azulay de Gauchos del Mar. Hablan sobre la película “La Ola sin fronteras” (2019): una expedición inédita de dos hermanos durante 50 días en las Islas Malvinas, un archipiélago de más de 700 islas al que van con el objetivo de construir puentes a través del deporte y la naturaleza, en este caso el surf y el mar.
¿Qué convierte a una persona en aventurera? ¿Cómo se sale de la zona de confort? Pues no existe una única fórmula, pero al escuchar las diversas historias hay una constante: un deseo por rebelarse a la servidumbre de la certidumbre.
Pensar como aventurera
En nuestra sesión de Clubhouse del lunes pasado con la Tribu Happimess, Flor Lamas nos reveló que empezó hace relativamente poco a practicar un deporte del que quizás aún no tenías noticias: trail running.
En esta versión del running también corrés distancias, pero en lugar de hacerlo por asfalto, lo hacés en montañas, cerros y terrenos desparejos. Por supuesto que el terreno condiciona al deporte de una forma muy especial: no solo agrega fricción, el efecto de la gravedad por la inclinación, los cambios en el oxígeno por la altura, sino que además el camino puede ser el mismo pero nunca es igual. Requiere concentración y sí, ya me entendiste: un cierto gusto por la aventura.
Flor nos emocionó con sus aprendizajes y le propuse compartirlos en forma de esta mini entrevista:
¿Por qué elegiste practicar trail running? ¿Cuándo y cómo te decidiste a arrancar?
Flor: En 2020, una mamá de la escuela de mi hijo me invitó a participar de un zoom para hacer ejercicio en casa, lo organizaban sus profes de running y me encantó. A las 2 semanas, sentí que las 3 veces por semana me quedaban cortas y le escribí a uno de los profes para sumar el resto de los días un entrenamiento más personalizado. Así comencé a entrenar en casa todos los días. Los días que no tenía zoom hacía entrenamientos de escalera con peso dentro de casa. Ese tiempo lo aprovechaba para escuchar podcast, pensar cosas, un momento para mí. Después pude salir a la calle, las restricciones se habían levantado un poco y se permitía el deporte individual al aire libre. Así en Julio de 2020 hice mis primeros 5k , en septiembre los 10k. Sentía que estaba bien pero no me terminaba de cerrar la actividad, porque o mejorás el ritmo, o extendés tu distancia pero no hay mucho más. En el grupo, muchos ya practicaban de este deporte y empecé a entrenar más fuerte en escaleras, puentes, Ezeiza y donde sea que no haya asfalto. En Marzo corrí mi primera carrera (y única hasta ahora) de 37 k con 2.800 metros de positivo, es decir, subí esa altura en el Cerro Champaquí, el más alto de Córdoba. Sigo entrenando en calle algunos días pero el foco está en la montaña. Lo elijo porque es una actividad desafiante, que me permite viajar hacia otros lugares y muy dentro mío. Con la dificultad del terreno, el foco ya no está en el tiempo ni la distancia para mí, sino en poder hacerlo, en vivir la experiencia, en conectar con el lugar. Trato de por lo menos una vez por mes salir a entrenar. Ya corrí en San Lus, Córodba, Azul, Tandil y Sierra de la Ventana.
¿Qué aprendiste en la práctica? ¿Cómo se tradujo este aprendizaje en otras áreas de tu vida?
Flor: Aprendí a estar mucho más presente. Por mi poca experiencia aún estoy muy atenta al camino, esto hace que no se pueda estar más que viendo dónde se pone el pie, para dónde sigue y cómo está la respiración. Ese foco es muy único y especial. Como vivo en la ciudad, cada entrenamiento que hago sé que es necesario para llegar bien a la próxima salida. Esa planificación me ayudó a afianzar la confianza en los procesos. Ese paso a paso propio de este deporte, el trabajar con objetivos y entender que cada decisión por más chica que sea importa, me llevó también a entender así un montón de cosas relacionadas a mi ser profesional: a dividir el trabajo en pequeños pasos y confiar en que todos los momentos son importantes. Prepararse para vivir la experiencia de hacerlo, en dónde una intenta prever todo, pero confiar en que hay algo mucho más grande que nosotros.
¿Qué fue lo más inesperado que te pasó en esta aventura?
Flor: Estar 8 horas y media haciéndolo, sólo pensando en “un pie detrás de otro” y agradeciendo poder pisar y estar ahí.
Flor es Licenciada en Artes, fotógrafa, estilista. Tiene un blog de fotografía y dicta cursos online para acompañar a otros a desarrollar su modo de contar a través de las imágenes (pueden buscar en su web el curso “Fotos para Comunicar”). Vayan a conocerla mejor en www.florlamas.com
¿Cómo sumar aventura a nuestras vidas?
Cuando la rutina se vuelve ley, la aventura parece un sueño de película. ¿Quién no se ha visto postergando la emoción para “cuando se pueda”, “suceda x”, “año que viene”, etc.? O permitiéndose soñar únicamente con lo certificadamente imposible (¿viajes a la Luna, anyone?). Pero la experiencia de Flor está llena de pistas sobre cómo rendirse a una nueva aventura aquí y ahora. Los datazos que me llevo son:
No quedarnos cómodamente incómodos: si sentís que una actividad te quedó chica, fijate cuál es el siguiente nivel. Quizás podés aplicar todo lo que ya aprendiste en otra actividad similar pero que se siente como un terreno desconocido. En esta apuesta podés combinar los mejor de los dos mundos: el rush de la novedad y la seguridad de tener una base.
Date tiempo de calidad: enfrentarse con algo nuevo requiere de tu dedicación, en nada que inicies como principiante te vas a encontrar con la comodidad de un experto en los primeros intentos. Tu instinto de preservación puede llevarte a pensar que bien podrías hacer algo más provechoso con tu tiempo, o que en realidad no tenés tiempo para aprender algo nuevo. Pero ese tiempo invertido en destrabar un nuevo nivel de evolución, es una forma de auto amor que da sus buenos frutos únicamente en el tiempo.
Desafiate pero sin expectativas: quizás te decidiste a renovar tu rutina con un desafío, envisionaste el proceso de conquista de ese territorio nuevo y tu futuro con/como/en… pero luego sucedió la vida misma y lo que pensaste que iba a pasar, no pasa exactamente como te lo imaginaste. Toda aventura implica un riesgo, por lo que poner el foco en el proceso y soltar el resultado es una buena forma de evitar el desencanto, pero además es la actitud necesaria para que la aventura se convierta en un estilo de vida. En vez de fijarte como destino una gran meta, establece metas más cortas y pequeñas y date la libertad de ir modificando tu dirección conforme vas sumergiéndote en tu nueva actividad.
¿Qué te genera fernweh en este momento? ¿Cómo podrías aplicar estos 3 enfoques para aventurarte en lo desconocido? ¡Contame en los comentarios!
Fuentes:
Sobre el fernweh: https://www.nathab.com/blog/fernweh-a-farsickness-or-longing-for-unseen-places/#:~:text=There’s%20a%20German%20word%20for,you’ve%20not%20yet%20visited.
Gracias a Oruga.Design por la ilustración inspirada en los Gauchos del Mar.
2 comentarios
Lo que necesitaba en este momento! Una aventura y encontrarla en lo cotidiano me parece espectacular! Gracias por la idea y por la info❤️
Me encanto, gracias!
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