Ilustra Pri Eutu
¡Epa! ¿Se vino mística la propuesta de hoy? Si, y no, porque ¿qué es la vida sino un misterio? Sobre esto nos habla hoy Constanza Rodríguez, paisajista, diseñadora y multiapasionada mujer de esta poderosa Tribu del Desorden Feliz. Su desorden gira, entre otras cosas, alrededor de sus hijos (13 y 4 años), su maridovio y sus millones de gajitos, plantitas, hojitas y flores con las que embellece lo cotidiano como profesión. Porque sí, claro, embellecer es una tarea muy seria. Tan seria, que obra milagros.
El milagro de cada día
Escribe Constanza Rodriguez
Cuando leí el tema para escribir se me vinieron mil cosas a la cabeza, ahora que me pongo a escribir, no aparece ninguno. Y es esa presión del ego (y vaya a saber uno que más…) que hace que embellecer lo posible, sea algo tan sencillo en una primera instancia y luego aparezcan las trabas al pensar en un poco más, al presionarnos un poco más, al pensar “¿va a gustar?”, “¿quien lo leerá…?” o “¿será una pavada lo que escribo?”
Siempre busqué embellecer lo cotidiano, lo simple, lo de todos los días, y de ponerle más énfasis aún en esas fechas especiales. Con mi hermana (mucho antes de la época Pinterest) decorábamos las mesas de Navidad y Año Nuevo con piñas pintadas con aerosol dorado, hacíamos individuales con papel madera y hasta nos diseñábamos ropa especial para ese día, todo con bajos recursos de dinero, pero muchos recursos si de creatividad se trataba.
Ahora que soy Paisajista eso también cobró mucho sentido: un simple jardín, por más pequeño que sea, tiene un potencial enorme. Sacarle el máximo provecho, verle la utilidad, crear un rincón que te invite a sentarte ahí a leer un libro o tomar un mate definen mis búsquedas. Por ejemplo: poner Salvias guaraníticas en la ventana sobre un sillón, porque aparte de ser nativas y que favorecen al ecosistema, esa planta le va a regalar muchos colibríes revoloteando a mi cliente, para que pueda disfrutarlos. Embellecer lo posible, es vivir en el milagro de cada día.
Hace un tiempo, embarazada de 4 meses, perdí al papá de mi hijo y fue ahí que, esperando un milagro, caí en cuenta que el milagro ya estaba sucediendo adentro mío. Embellecer mi vida para esperar una nueva vida fue premisa en ese momento. Ver todo lo bello todo lo bueno, en ese momento no era fácil, pero tampoco difícil.
Cada pequeña cosa que pasaba a mi alrededor elegía verlo como un milagro. Cada mariposa era una señal de que todo estaba bien. Cada colibrí era un guiño de que la vida seguía siendo maravillosa. Embellecer es ponerle amor a la vida, condimentar una escena, ponerle sabor, sonido, tacto, usar todos los sentidos, es ver más allá…
Se me ocurren ahora varias maneras de embellecer lo posible:
- Ante un bajón, poner música linda y bailar.
- Poner la mesa, con lo más lindo que tengas en tu cocina, así estés sola: mantel o individual, ¡un florero sería un diez!
- Tender la cama y como plus agregarle perfume con ese aroma que te gusta.
- Bañarte y prender una vela a modo de mimo por el solo hecho de verla y que ilumine ese momento.
- Hacerte el mate y agregarle un yuyito especial, según el día.
- Levantarte y así sepas que no vas a salir de tu casa: cambiarte como si el amor de tu vida fuera a tocarte el timbre.
Anécdota: Estábamos en plena cuarentena y cada noche en casa, con mi marido y mis hijos, nos vestíamos como si fuésemos a salir a comer a un restaurante y salíamos al jardín a cenar a la luz de las estrellas.
Embellecer lo posible nos convierte en hacedores, tomando acción en el detalle más mínimo nos pone en el lugar del director que dirige la película, y también en el lugar del actor que va a vivir esa escena.
“Hacer lo posible, hacerlo posible”, (no sé de quien es esta frase, pero es una genialidad) la leo cada día y cada día recuerdo que es una nueva oportunidad de que, embelleciendo mi vida, le pongo belleza a la de los demás: a la de mis hijos, mi familia, amigos y… seguiría. Y es lo único que voy a dejar y por lo que me van a recordar algún día: por ser una hacedora de embellecer lo posible.
Ahora vamos al dato duro: armando tu jardín de cero
Con esto quiero ayudarte: ¿tenés un jardín? Me refiero a si tenés un lugar amplio o una simple maceta, ¿eh? Porque si no es por estas fechas, ¿cuándo te vas a ir a comprar una planta? ¿No tenés idea? No es problema, para esto escribo estas páginas.
Entonces, ¿por dónde empezamos?
Para jardín, patio o balcón:
- ¿Qué tipo de sol recibo?
- ¿Tengo sol de mañana o de tarde?
- ¿Qué vientos llegan más fuertes?
- ¿Qué tipo de maceta uso? ¿De qué color? Hay muchas opciones en el mercado pero mis favoritas son las de barro y las de cerámica, ya que soportan muy bien la humedad y la conservan.
Para interiores:
- ¿No tenés jardín ni balcón? Aunque no tengamos un espacio exterior, también es muy importante saber el sol que recibimos y los movimientos de aire que tenemos dentro de nuestra casa.
- ¿Qué tipo de decoración tenemos? Para así saber qué estilo de plantas colocar, de hojas más grandes, más alargadas u hojas más chicas. Las hay q crecen para arriba, más para los costados y también las que caen. Las aéreas son tendencia, por ejemplo.
Con todos estos datos anotados en nuestro cuaderno (porque después in situ te agarran las dudas), podemos ir al vivero y ahí nos van a saber orientar mejor, de acuerdo a la disponibilidad en la temporada.
¿Cuándo regar nuestras plantas?
Esto va a depender de el tipo de planta:
- En el caso de las Suculentas y Cactáceas es mejor hacerlo cada 15 días o cuando el sustrato esté completamente seco.
- En las Monsteras o Philodendron la capa superficial (de 5 a 10cm) tendrá q estar parcialmente seca.
- Y en cuanto a los Helechos y Calatheas la superficie del sustrato (de 2 a 5cm) cuando esté parcialmente seca.
Fertilizantes naturales:
- Cáscara de huevo: lava las cascaras y déjalas secar (si les dá el sol, mucho mejor). Una vez secas, trituralas lo más que puedas y las incorporás a tus macetas.
- Té con cáscara de banana: (ideal para suculentas): cortá la cáscara en pedacitos y ponela en hervir en un litro de agua. Dejá reposar 30 minutos y cuando el agua esté fría, colá la preparación en un recipiente. Usalo para regar tus plantas cuando las quieras fertilizar. Dura 15 días en heladera.
- Café: después de tomarte tu café, en vez de tirarlo en la compostera, lo vas a dejar secar (otra vez, ideal hacerlo al sol) y una vez seco lo vas a poner encima del sustrato de tus plantas. Una cucharada cada 15 días por maceta es suficiente. Esta mezcla es ideal para plantas que les gusta la ácidez del suelo como por ejemplo: árandanos, azaleas, rosas, hortensias entre otras…
Animate a poner unas semillas de rúcula en tu maceta, a tener una planta de lechuga también, solo necesitan sol, agua y un poquito de tu amor.
Si querés conocer mi trabajo o hacerme una consulta particular, podés encontrarme en @conilimon y en @gardener.ok
Y ahora contame, ¿cómo vas a embellecer hoy lo posible?
2 comentarios
Fue hermoso leerte Constanza Rodríguez, gracias por recordarme que cada instante es un milagro, que hay que embellecer nuestros momentos y que hay que disfrutarlo al máximo de ellos. Hoy voy a poner mi mesa con flores de mi limonero que me tren tantos recuerdos lindos. Gracias
gracias Coty por traer el misterio de la vida, recordarnos el regalo de la Naturaleza, cuanto más cerca puede estar en nuestro cotidiano? !
Y gracias por compartir esta canción que nos recuerda que… la Verdad que da gusto estar Vivas!!
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