Este mes te propongo cultivar la armonía entre el orden interno-externo, para que tus espacios reflejen la persona que sos hoy.
La vida es desordenada y nada de lo que puedas ordenar permanecerá inmutable. La impermanencia es regla divina y en pocas palabras: cada tanto hay que ordenar. No nos gusta por muchas razones: porque “lleva tiempo” que preferirías usar para otra cosa, porque no sabés que hacer con lo que tenés y ya no querés, porque te da culpa haber acumulado tanto, porque te da tristeza el polvo y las cosas rotas y preferís ignorar que están ahí, porque se transformó en un trabajo, porque la tarea es épica, porque es aburrido. Entre otras muchas razones perfectamente válidas porque responden a las vivencias de cada unx. Pero lo cierto es que muchas veces nos forzamos a vivir o trabajar en espacios en los que no fluimos bien, que se sienten como palitos en la rueda. Y solamente nosotres podemos destrabar esta situación. ¿Cómo? Trayendo orden sistemáticamente, que no es otra cosa que actualizar el espacio que vivimos a la energía que vibramos y queremos vibrar. Cuando veamos que el espacio nos hace “ruido”, es hora de armonizar. O sea, ¡a ordenar!
5 estrategias para traer orden a tu vida:
Hola Lunes
Tomate 15 minutos para ordenar tu escritorio antes de arrancar a trabajar. Tirá* todo lo que no sirva. Poné en su lugar todo lo que no corresponda a tu espacio de trabajo. Es tan importante como el segundo desayuno ;) para empezar la semana con el mejor flow.
Buscá aliados
La mejor estrategia para una limpieza profunda es un ataque coordinado. Todes para uno, uno para todes: convocá a todos los integrantes de la casa y divídanse tareas. Incluso los más peques pueden colaborar con tareas de acuerdo a la edad: separando reciclables, regando plantas, desempolvando la biblioteca, agrupando facturas por fecha, doblando remeras, ¡o cebándote mate!
Si sos la/él/le unique integrante del hogar, apoyate en la compañía de buena música o buenos podcasts, o una llamada a un/a amigui mientras ambxs dos limpian a fondo sus respectivos baños.
Divide y conquista
No pretendas resolver una limpieza profunda en una única “oh-limpiada”. Vas a arrancar bien pero al final del día vas a negociar con la mugre dejando los rincones que nadie ve. En cambio, hacelo tu plan del mes: agendate un día para cada espacio/cajón/biblioteca/cosa y dedicale no más de dos horas a darle a fondo. La primera parte es un embole pero cuando te sacás de encima el polvo profundo, emergen cosas. Desde cosas olvidadas bajo el sillón, hasta cosas espirituales. El orden habla por si mismo y te das cuenta qué otras cosas sobran y dónde realmente es necesario sumar. Bienvenida la calma.
Marikonding
Mi amiga Lizzie (@mas.espacio) me enseñó a aplicar la rutina konmari y el criterio fundamental es solo conservar aquello que “despierta tu alegría”. No es fácil, identificar la emoción requiere práctica, pero se logra. Y para soltar, nada como tener bien establecida una Rutina de Descarte.
Rutina de Descarte
¿Te cuesta desprenderte? Descartá siempre con respeto (agradecele a ese objeto que formó parte de tu historia antes de dejarlo ir) y criterio ecológico: reparar, reutilizar, reciclar. ¿Es útil para alguien más? Entregarlo amorosamente en manos de alguien que lo va a querer como vos, ayuda a soltar.
BONUS: Te dejo una playlist para que el orden se convierta en una celebración.