En el mes donde ampliamos nuestra mente y le damos espacio a lo diferente, te acercamos herramientas, consejos y teorías, para aprender a trabajar sanamente el encuentro con la otredad.
Cuando me enojo, ¿me enfada la diferencia con el otro o las partes mías que veo en el otro? ¿Es el otro tan diferente a mí? ¿Cuáles son las partes de mí misma que me sacan de casillas, que no me banco? ¿Las tengo claras?
Hace poco leí lo siguiente: “la vida no es algo que te sucede, es un reflejo de vos misma”. Desbloquear un nuevo nivel de responsabilidad personal, check! Ponele que en cada acto hay una respuesta “del Universo”; entonces cada acto propio, cada persona que me cruzo, cada situación que se me presenta, tendría que ver con mi mirada y cómo yo me estoy parando frente al mundo y no tanto con situaciones random que suceden aleatoriamente.
No sé cómo abordar esta teoría honestamente, lo que sí sé es que hay varias herramientas para mejorar nuestra relación con los demás, sean los demás nuestros propios demonios internos.
Aquí les cuento…
1. La ley del espejo:
La ley del espejo tiene que ver con los anterior: básicamente sostiene que el mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior. Nos reconocemos a partir del otro, en la igualdad, pero también en la diferencia.
“Vemos el mundo como somos, no como es.”
Anaïs Nin
Eso que nos molesta tanto, bueno, según la ley del espejo quizás hay algo ahí a trabajar. Pensemos características del otro que nos saquen de las casillas… Por ejemplo, estas son las mías: la impuntualidad, la lentitud, la falsedad, la necesidad de agradar, la verborragia, la gente que promete y no cumple, la gente tibia.
¿Y las de ustedes? Las invito a hacer una lista de todo eso que no se bancan del otre. No sean sutiles necesariamente. No se ahorren nada. Mas luego: ubiquen con honestidad las zonas donde vean que recaen en esas mismas características que critican.
“Lo que amamos en los otros es lo que amamos en nosotros mismos. Lo que detestamos que los otros es lo que no podemos ver de nosotros mismos.
Iyanla Vanzant
La realidad es que no existe la empatía, ni podemos identificarnos con un otro hasta que no encontramos una similitud entre nosotros y el otro. Pienso en situaciones bien domésticas. Cuando estamos esperando en una fila larguísima en un aeropuerto. Nadie quiere esperar, todos estamos cansados. Pero dejan pasar primero a la familia con niños pequeños y siempre alguien dice algo por lo bajo o se queja. La realidad que muchos en la fila seguramente no pasaron por una situación similar, de viajar con un pibito de 2 años que no entiende el concepto espera y tienen necesidades inmediatas. Si toda la fila empatizase con la realidad de este dúo de mapadres, la energía sería distinta.
2. Reese consejera:
La mirada externa. Nos reduce, nos limita, la llevamos tan adentro que nos pasamos décadas para recortarla de nuestra propia mirada real. ¿Quién soy yo cuando no hay una mirada externa? Gran pregunta, toda una vida para encontrar la respuesta.
Cuestión es que a Reese Withespoon, la icónica protagonista de Legally Blonde, le pidieron un consejo para las generaciones más jóvenes. Y ella, tan generosa siempre, se despachó con un mensaje tan simple como contundente, que nos ahorra a todos unos cientos de horas-hombre de diván, si es que logramos incorporarlo.
Lamentablemente no encontré traducción en español para este video, pero habla del mejor consejo que daría a gente jóven. Ella dice que es tan complejo como simple: “cuanto antes te des cuenta de que la opinión de los demás acerca tuyo no es tu asunto y de que realmente no importa lo que otros piensen de vos, te volvés libre, completamente libre“.
“Cuanto antes te des cuenta de que la opinión de los demás acerca tuyo no es tu asunto y de que realmente no importa, te volvés libre, completamente libre.”
reese witherspoon
La opinión de los otros es algo que le pasa a los otros, en la mente de otros. Si lo pensamos así, podemos entender que intervenir en ese espacio es ajeno y una pérdida de tiempo. Es algo así como pasar la manguera por la medianera para regarle el jardín al vecino que lo tiene descuidado. No es asunto nuestro lo que los otros piensan de nosotros.
3. Aceptar el costo social de la diferencia (y vivir con ello):
Soy Vegana. No uso Whatsapp. No tengo vivienda fija. Soy madre soltera. No tengo TV. Me criaron dos mamás. Mis hijos hacen escuela en casa. Soy ama de casa, no trabajo. Facilito tomas de Ayahuasca. Se me ocurren miles, unas más polémicas que otras… son todas esas cosas que somos, que no son del promedio.
Que sugieren preguntas miles, que incomodan, que generan conversaciones donde una se encuentra dando conferencia de prensa de sí misma y siempre respondiendo el mismo speech. “No miel tampoco como, ningún derivado de origen animal”. “El papá de mi hijo vive lejos, no tenemos contacto”. “Ahora no estoy trabajando, ni estoy buscando trabajo.” “No uso celular porque no lo necesito para trabajar y me sé los números de la gente que necesito”.
“A veces ser diferente se siente parecido a la soledad. Pero la verdad es que ser honesta con mi forma de hacer las cosas en mi arte, me hace vivir más plena.”
Lindsey Stirling
En este artículo de Zen Habits, el escritor, vegano y muy militante del estilo de vida natural, cuenta todas las cosas que le pasan por vivir de una forma diferente: la gente siempre pregunta lo mismo, a veces lo ven tan distinto que no saben de qué conversar, algunos lo interpelan, incluso buscando poner en jaque sus decisiones. En otras situaciones su familia y él tampoco se encuentran con ganas de sociabilizar con gente que vive tan distinto a ellos por todas las situaciones anteriores.
De todas formas, Leo propone una serie de tips para abrazar la diferencia y sacarle provecho:
- Evangelizar a nuevos fieles: Exagero un poco ja! Pero cuando hay curiosidad y preguntas del otro lado, es un buen espacio para impartir un estilo de vida o una forma de vivir distinta, en la que creemos y quién sabe: alguien se puede contagiar.
- Ser curiosa con la diferencia del otro: Aunque el otro comparta otro “credo”, coma carne a lo pavote o piense distinto, es interesante abrirnos nosotros mismos al otro, preguntar y escuchar la mirada opuesta. Amplía nuestro propio mundo y tampoco podemos andar diciendo que el otro nos juzga si nosotras nos ponemos en el mismo lugar.
- Que tu diferencia sea una ventaja: Que seas diferente significa que te recortás del resto, que estás cómoda en la incomodidad, que ya recorriste un camino donde sabés sostener quien verdaderamente sos. Y tenés da la fortaleza para sostener muchas nuevas cruzadas.
Y como dice Reese, abrazar la diferencia y no mirar al resto te da LIBERTAD.
1 comentario
Acá nos evangelizamos un poco con estas notas , Love it!
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