Este mes nos preguntamos muchas cosas que no tienen respuesta porque básicamente no tenemos ni idea de lo que va a pasar mañana. Intuición, futurología, predicciones, la mística de lo incierto, la posibilidad de aquello que podemos modificar. Lo que no. La humildad de no saber qué nos depara el mañana y así y todo trabajar constantemente para hacerlo posible.
Soy creyente total de la idea de que somos mucho más capaces de darle forma a lo que viene de lo que creemos. El determinismo no es lo mío, sin embargo es cierto de que hay muchas cosas que van pasando que no podemos evitar. Así y todo, ante un hecho inesperado, tenemos también la posibilidad de elegir tomarlo de distintas maneras posibles.
De la forma en que sea, podemos modificar estas actitudes hacia lo que queremos construir a voluntad, a pelo y/o con muy buenos terapeutas y disciplina, pero en otros casos necesitamos de ciertas otras herramientas, menos convencionales para acompañar la tarea.
Este mes, donde ponemos el foco en lo que viene y en nuestra capacidad de darle curso, vamos a estar acercando distintas herramientas, técnicas, visiones y posturas para poder diseñar un futuro más fiel a nosotras mismas.
Señales del Universo: ¿vot si o vot no?
Me crucé hace un tiempo con esta charla TED de Ulla Suokko, que justamente habla de cómo pueden cambiar las cosas cuando despertamos el registro sutil de lo que nos va diciendo nuestro entorno. También de las cosas que empiezan a pasar cuando movemos energía, salimos de nuestros propios mecanismos repetitivos o cuando sólo seguimos las buenas señales. Parafraseando la frase de Einstein: “cuando cambiamos la forma en que miramos las cosas, las cosas que miramos cambian.“
Ulla sostiene que las señales están en todos lados y que tenemos que aprender a verlas, a reconocerlas, a confiar en ellas. A tener el coraje de seguir a nuestro corazón y crear nuestra propia historia.
“A veces nos perdemos las señales que sostienen nuestro camino, porque estamos demasiado ocupados y somos lo suficientemente estructurados como para atrevernos a pensar que necesitamos o que deseamos algo distinto.”
“¿Por qué elegís quedarte en prisión si la puerta está tan abierta?”
rumi
¿Creen en las señales o les parece un cuento chino y prefieren confiar en datos empíricos? ¿Y en la intuición? ¿Sienten que la tienen “activada? ¿En qué situaciones la usan?
La mirada de oriente:
En el mundo del yoga se utiliza mucho el término samskaras. Esta palabra en sánscrito describe a aquellos surcos o impresiones mentales muy arraigados en nuestro interior, que se repiten constantemente: son esos patrones de comportamiento que ante determinado tipo de pensamiento o situación, nos llevan a responder siempre de la misma manera.
Por ejemplo: una amiga con la que tenía una date, me dice que está cansada, que prefiere quedarse esa noche en casa. Mi patrón de pensamiento innato me puede llevar a pensar que en realidad le pasa algo conmigo, que a mí los amigos no me eligen, que los aburro. Si no trabajo para reelaborar ese pensamiento o samskara de corte negativo hacia uno positivo, voy a reproducir ese mismo diálogo interno cada vez que se presente un tema similar.
El yoga, la respiración consciente y la meditación ayudan a reescribir las redes neuronales que construyen estos patrones de conducta. Limpian los pensamientos negativos de la mente, los corren, si damos un pasito más, podemos darnos cuenta de que no somos nuestros pensamientos y así es cuando podemos elegir nuevos y crear nuevas asociaciones mentales, positivas, amorosas, de bienestar.
Pero para los que les gusta el marco científico-occidental también hay otras herramientas:
Neurohacking:
¿Y qué pasa con nuestras profecías personales? Esas frases que nos decimos acerca de nosotros mismos “yo nunca voy a poder…”, “esas cosas no me pasan a mí”, “en mi familia es así…”. Hasta hace unos años se creía que el cerebro adulto no podía modificarse, que eso era sólo posible en las primeras etapas de la vida, algo que los yoguis ya sabían manejar, pero ufff… Occidente. Dejémoslo ahí. Ahora ya sabemos gracias a la ciencia occidental, que existe la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro de recuperarse, reestructurarse y por ende producir cambios en el pensamiento y luego de comportamiento. Hasta hace poco se creía que esto sólo sucedía en el cerebro de los niños.
Esto significa que nuestros pensamientos negativos, nuestros miedos, las adicciones, esos lugares que repetimos siempre que nos pasan ciertas cosas, pueden cambiar. Este video describe, cuáles son lo factores que permiten al cerebro romper con sus patrones: trabajar la atención y el foco intenso en un determinado concepto o tema, habilita el terreno a nivel neuronal para accionar el cambio. Para quienes quieran modificar su cerebro, la puerta de entrada está en poner foco real, consciente, profundo. Sostener ese momento de máximo esfuerzo libera las sustancias que permiten que las redes neuronales se modifiquen. Ustedes pedían el dato nerd, aquí lo tienen…
Sumando al foco, el estado de alerta, podemos lograr un cerebro tan flexible como el de la infancia. Y ahí me calmo con los tecnicismos, porque el video de arriba, lo explica mejor que yo, así pasamos al dato de campo: en mi barrio le dicen así: podemos pensar distinto, podemos construir otras realidades, podemos modificar lo que viene de acuerdo a nuestra mirada y oh! mes de Marzo, nuestra capacidad de flexibilizarnos antes aquello que no esperamos.
No hay que casarse con la predicción, si hay acción. Porque el mundo es dinámico y todo va mutando constantemente. Y nosotras somos parte del mundo y sería genial que nos mantengamos flexibles y adaptables ante lo inesperado o desagradable que nos presenta la vida, al tiempo que nos encuentre decididas a darle forma para vivirla a nuestra manera.
“cuando cambiamos la forma en que miramos las cosas, las cosas que miramos cambian.“
albert einstein
No importa si el abordaje que elegimos es intuitivo, proviene de la filosofía oriental o es de corte científico, siempre y cuando nos acerque a la posibilidad de una existencia más honesta.
2 comentarios
Me encantó el video de la señales, la vida está repleta de esas pequeñas grandes cosas que a veces pasamos por alto…
Está relatado con mucha belleza.
Gracias por compartirlo!
Ahora hay que practicar para poder verlas! Saludos Vero!
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