Cuando nos rodeamos de belleza nuestro hacer fluye, nuestra mirada se vuelve más empática y nuestro corazón más alegre. Basta notar la diferencia que hace un ramo de flores silvestres sobre la mesa. La belleza se contagia, es un gesto de amor que busca ser compartido.
Para ser un artífice de la belleza no se necesita una habilitación especial: embellecer es una manifestación de amor, en defensa de la armonía, inspirada por el espíritu. Todos podemos reconocernos como artistas si abrazamos nuestra capacidad de hacer lo que hacemos de una forma excepcional, buscando la mejor expresión de nosotros mismos en cada oportunidad que se nos presenta.
Un barista puede ser un artista. Un taxista puede ser un artista. Todo aquel que reconozca la oportunidad de embellecer lo posible, es por definición, un artista de lo cotidiano.
Tomá una página de notas de tu agenda Happimess y escribí 10 formas de hacer arte en tu vida cotidiana. Sí, esta vez te toca a vos encontrar tus 10 formas de embellecer tu vida, porque podría darte 10 instrucciones pero, ¿sabés qué? Serían mías. Y yo quiero que sean tuyas.
Compartilo con la tribu
Ahora que ya superaste el desafío, me encantaría que entre todes compartamos nuestros hallazgos. Tu idea para hacer arte en la vida cotidiana puede inspirar la idea número 11 o 12 de alguien más. Por ejemplo, las flores en vasito son un bouquet de flores de jardín que recolectó mi hermana Flor en su casita en las islas del Delta. Amé la sencillez de la imagen y se la pedí para ilustrar este mensaje. ¿Tenés ganas de compartir tus 10 formas de hacer arte? Respondeme a este email. Seleccionaremos algunos con el team Happimess y las compartiremos el próximo miércoles. ¡Gracias!